Aplicando las recomendaciones apuntadas en el artículo del Blog Foro Esencia, titulado "Las claves del fenómeno cuántico", expongo a continuación:
Hay una "superposición" de estados reflejada en la función de onda cuántica de Schrödinger, lo que es lo mismo que una realidad "en potencia", pues la verdadera realidad nace a partir de la "decoherencia" decantando un solo estado, este sí real.
Y es la medida la que produce la "decantación"... Es la "consciencia" del observador de tal medida, la que hace posible todo ello... Se establece una "conexión" entre objeto (cuántico, por supuesto en superposición de estados) y la "cosciencia" del observador para tal posibilidad, en otras palabras, "consciencia" y objeto forman un sistema definido por esa relación o conexión, cuyo resultado es el objeto real (la decantación de un estado).
Ahora, si el objeto en cuestión es la "reflexión" sobre el mundo del propio observador (consciencia), la "conexión" entre el observador y su "imagen especular" sobre el mundo, produce la consciencia de esa consciencia, una cierta "evidencia" (no solo conocimiento) de sí mismo... Tal "conexión-reflexión" origina, pues, esa evidencia de sí, conocimiento parcial también, pero la "evidencia" es "sentirse a sí mismo", con lo que "aflora" lo más íntimo de sí, produciéndose la sensación-sentimiento de uno mismo.
He de citar dos recientes artículos que vuelven a incidir sobre la naturaleza un tanto extraña del mundo cuántico:
"Imaginary Numbers May Be Essential for Describing Reality" (http://www.quantamagazine.org/imaginary-numbers-may-be-essential-for-describing-reality-20210303/)
"La consciencia no dependería del cerebro" (http://tendencias21.levante-emv.com/la-consciencia-no-dependeria-del-cerebro.html)
Respecto al primero, decir que la necesaria inclusión de números imaginarios en el mundo cuántico es imprescindible dado que, en mi opinión, ese mundo cuántico no tiene en sí una "realidad esencial", sino que solo refleja la interrelación (abstracta) entre los dos mundos que sí tienen realidad esencial: el mundo de lo accesible (AC) y el de lo inaccesible (INAC).
Respecto al segundo, para mí refleja que la consciencia es el elemento más sustancial del mundo, agente básico del mundo de lo inaccesible (INAC) que, por supuesto, desborda por todas partes al elemento material que lo conecta al mundo físico de lo accesible (AC), el cerebro.
En mi opinión, este somero análisis sobre INAC, muestra un posible enfoque en el estudio del mundo de lo inaccesible. Dios quiera que nuevas pequeñas "luminarias" vayan apareciendo, surgiendo de nuestras indagaciones.
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