lunes, 9 de febrero de 2015

La libertad, lo primero.



Todo sistema político debe guardar en su seno la posibilidad de su regeneración, no el germen de su destrucción.
 
Le ha costado tanto al hombre su libertad, que ésta debe primar sobre cualquier otra consideración.
 
La libertad individual no debe ser coartada por el sistema social que prime en cada momento, bajo la indiscutible premisa de que ésta sólo termina cuando empieza la libertad de los demás.
 
El logro alcanzado por el sistema democrático de partidos, en los términos representados en el mundo occidental, con un carácter de generalidad y salvando sus indudables defectos particulares, ha demostrado su eficacia en relación a la salvaguarda de las libertades sociales e individuales. ¡Y es que la libertad en nuestro mundo claramente se ha vislumbrado como el bien más preciado del ser humano! ¡Con libertad el horizonte se abre inmenso, sin ella se dibuja un pozo de negritud, un camino hacia la nada, un nihilismo calavérico!
 
El sistema democrático de partidos (no de partido único), como tantas veces se dice, se consolida como "el menos malo de los posibles".
 
En algunas sociedades como la española, esto posee matices especiales: ¡Es tanto el sacrificio de hombres y mujeres de este país por conseguir su democracia! ¡Puede perderse con tanta facilidad y rapidez!... Nuestra pasada y reciente historia, grabada en un pesimismo histórico, en una angustia social vital, en un lloro interno de añoranza de una patria grande, en la actualidad empequeñecida... son elementos añadidos que explica la tremenda ansia de libertad del español, de todos cuantos habitan en esta "piel de toro" llamada España.
 
Desde este básico sentimiento se han buscado salidas de lo más variopintas. En algunos casos recurriendo al abrazo a nacionalismos localistas, como sucedáneo del verdadero patriotismo existente en aquella imperial y gran nación, hogar de todos, que empezó a construir el idealismo de una gran reina castellana.
 
Los quinientos años de historia dan para mucho, pero no es el motivo de este artículo. Tampoco recurriré al estudio de otras opciones, que como salidas, adoptaron los distintos grupos sociales para llenar el vació de la gran decepción que en nuestro país supusieron los siglos XIX y XX.
 
Las dos repúblicas habidas hasta el presente trajeron un aire de esperanza y de aparente libertad que tristemente se vieron truncadas ante la realidad de los hechos posteriores. Nuevamente, y como en un péndulo, el vaivén nos llevó, como justificación a lo que se consideró puro "libertinaje", a un cercenamiento de nuestra libertad, con un régimen autocrático que explica el ansia de libertad de los perdedores de tal situación.
 
Sin más dilación, solamente justificada por el especial matiz que en nuestro país ha supuesto esa "conquista de la libertad", que ya habían conseguido otras naciones europeas y norteamericanas, entraré en el meollo de mi disertación: ¡Un canto de libertad!
 
El mundo occidental, mal que les pese a algunos, es un mundo de libertad, la mayor conseguida por la humanidad en su larga historia: ¡Es un tesoro a salvaguardar, por encima de cualquier circunstancia!
 
Todo evidente, quizás sí, pero... Siempre hay un pero. La reciente historia europea de las dos guerras mundiales nos ha enseñado que esta democracia de partidos tiene un gran punto flaco, unas grietas que, precisamente, en base a su consagrada libertad la hacen muy vulnerable.
 
Como así ocurre con los grandes imperios, la acción exterior difícilmente acabará con ella, excepto si ya estuviera moribunda; por el contrario, desde dentro el caso es bien distinto.
 
El sumo logro de los llamados "derechos humanos", paradójicamente, lleva en sí el lastre interno de su debilidad. Los enemigos de este "imperio de libertades" encuentran un fácil acceso al corazón de nuestro sistema amparados significativamente en tales derechos. Los detalles están a la orden del día, pero hay algo sobre lo que debemos, especialmente, llamar la atención de forma clara, diáfana y sin tapujos, dada la importancia y trascendencia del peligro que encierra. El peligro inmediato, no sólo en España, sino en otros países europeos como Grecia, Francia, etc., es el auge de los llamados populismos, que suelen desembocar en ideologías de corte neofascista, dictaduras de izquierda o derecha, polos opuestos a la libertad.
 
Si en Alemania por ley, los partidos neonazis no pueden concurrir a las urnas, ni siquiera existir, consecuencia de la experiencia de su historia, no tan lejana, de desalojo del terreno público de los otros partidos políticos, ¿por qué no aplicar este mismo principio en otras naciones? ¿Por qué no en la nuestra?... Todo partido político que no declare solemnemente el respeto presente y futuro a las normas democráticas básicas de la libertad de las diversas opciones políticas e ideológicas, de la libertad de prensa, de las libertades sociales comunes en nuestro mundo occidental, al igual que lo que acontece con los partidos neonazis en Alemania, debe prohibírsele por ley la concurrencia a las elecciones libres democráticas, debiendo entrar en esta consideración, por supuesto, partidos que de algún modo fomenten cualquier viso de violencia o terrorismo.
 
¡La libertad es lo primero, y la sociedad debe "blindarse" al respecto!

martes, 3 de febrero de 2015

Una profunda revisión de los mundos de Roger Penrose

Partiendo de los tres mundos sugeridos por R. Penrose (ver la última figura). desembocamos en el siguiente esquema:

En este esquema, indudablemente más complejo que el de Penrose, se sustituye el mundo matemático o neoplatónico de Penrose por flujos interconectivos, que "habitan" en un plurimundo mental (el formado por todos los campos mentales de los distintos individuos) compuesto, además, por muchas otras partes o subcampos (sensaciones, voluntad, entendimiento, etc.). A este proceso se denomina "reverberancia", que produce en el campo mental unas "reverberaciones" calificadas como "elementos matemáticos".

En esencia, el esquema indica que el campo mental abstrae conceptos matemáticos del mundo material, elabora teorías y las aplicas sobre dicho mundo material en un feedback de prueba y error. Mediante la operación de medida el mundo matemático se "hace realidad", a través del colapso de la función de onda cuántica. 

El campo mental surge como una emergencia (cambio cualitativo) a partir del mundo material o físico.

El mundo material se compone de dos realidades, la del campo material clásico y la de la función de onda cuántica.

Se ha llamado círculo de reflexión (sustancial para el desarrollo y evolución del individuo) al que parte de la materia (flujo emergente y flujo abstractivo-matemático) hacia el campo mental, y el que desde este último regresa al material o físico de dos formas distintas, una por la aplicación de las propiedades a las que llamo inaccesibles que comporta el yo o sí mismo (voluntad y libertad) sobre el entorno, y otra en la "decoherencia" producida por el proceso de la medida sobre los diferentes estados que coexisten en el interior de la función de onda cuántica.

Los flujos interconectivos entre los diferentes campos mentales, poseedores de la propiedad de la no-localidad, se caracterizan por la objetividad, resultado de una intersubjetividad que los convierte en atemporales.

El esquema de la derecha corresponde a los mundos sugeridos inicialmente por R. Penrose, con sus tres misterios: el primero, el que expresa la sorprendente precisa aplicación de una parte del mundo matemático sobre el mundo físico; el segundo, el de cómo del mundo físico puede aparecer la emergencia que supone el mundo mental; y el tercero, cómo una parte de nuestro mundo mental puede conectar con el mundo intemporal neoplatónico de las matemáticas.

Del esquema que propongo se deduce que el "flujo" que representa el misterio 1, va en sentido contrario al propuesto por Penrose. Aquí el flujo abstractivo-matemático se dirige desde la materia al campo mental, puesto que el mundo físico es en sí un mundo matemático en el que hay que "saber leer".

El misterio 3 es inexistente, pues pertenece a la interioridad del propio campo mental. Y por último, el misterio 2 consiste en la "emergencia" o cambio cualitativo apuntado.

* Nota: Estos esquemas son el complemento del artículo (partes I y II) titulado "Reverberancia y matemática", publicado en el Blog Simbiotica y en REDcientífica.

MATERIA Y CONSCIENCIA

  El universo de Alejandro Álvarez Silva. Parte   I. Observador del "Hecho Consumado" . Parte  II . Idealismo analítico. Parte III...