lunes, 29 de marzo de 2021

El mundo de lo inaccesible. Realidad física y realidad profunda

 El estudio de la "realidad" que efectúa el filósofo español Zubiri es de una importancia trascendental. La realidad se ve mediatizada por la mente conceptual-discursiva, pero la "pretendida impureza" de esa "forma de atención" en palabras de Mauro Bergonzi ("Caminos hacia la realidad"), es a nuestros ojos y siguiendo el razonamiento de Zubiri, de una trascendental importancia, tanta que "influye sobre la propia realidad física", pues es capaz de transformar la posibilidad en acontecimiento, en suceso (recordemos el significado en física cuántica de "lo observado" como reflejo del hecho o acontecimiento). Eso supone, nada menos, que el mundo con sus acontecimientos (historia) está "cincelado" a "golpe de mente humana", en otras palabras, es una "verdadera creación de la realidad". No la "verdadera realidad pura" a la que se refiere la meditación budista, porque ésta es solo la "realidad del Ser" que se sumerge profundamente en un mundo atemporal y aespacial. La verdadera "realidad física" es la espacio-temporal, que, como acabamos de ver, es el campo de creación de nuestra mente humana, y que identificamos como Cosmos o Universo. Pero es gracias a este Universo, a la propia materia física, por lo que el Ser ha podido autocrearse (y poder introducirse posteriormente en esa otra realidad atemporal y aespacial), y también en él reina la Evolución. O sea y por consiguiente,  el Logos crea la realidad. El Logos es el verdadero artífice de la Creación.


Por supuesto, el "yo" también es creado por el Logos (la mente humana) cuando "la creación" no es hacia afuera, sino hacia adentro, por autorreflexión. (De igual forma se crea el super yo, como la parte de ese yo tan desarrollada que acaba por imponerse al mismo.)

La mente reina sobre la materia a base de "reducciones de funciones de ondas de probabilidad", es decir, de acontecimientos que representan la realidad. La realidad, de esta forma, estaría compuesta por la propia materia "dirigida" por una mente (lo que provoca los sucesos o acontecimientos). La materia gobernada por el simple azar, o aleatoriedad suma, equivale a la Nada, o ausencia del Ser. Cuando existe el Ser, el azar aparece "mediatizado". Solamente en este punto (pura inmaterialidad del Ser) hay una diferencia entre la materia animada y la simple materia. Ésta sería la "apariencia" del fenómeno, la apariencia "externa" se entiende (objetividad). Pero, además, hay otro efecto que solo incumbe al Ser, que es el sentimiento interno del mismo (subjetividad). La "mediatización del azar" implica un cierto orden surgido del total desorden del puro azar, y ese orden es en realidad un nivel de información. Vemos, pues, que la vida, o la materia animada, acarrea al unísono una parte de información y otra de sentimiento o sensación. Ambas se yuxtaponen en el Ser, se imbrican paulatinamente a medida que se alcanzan niveles crecientes de reflexión. Y en ello está cimentado el Ser... Todo lo cual constituye el más básico y primordial principio de todo cuanto existe, y es el germen de la Creación toda.

La cuestión básica ahora es aclarar este aparente contrasentido: si por un lado la "mente es capaz de construir la realidad" (variabilidad de la realidad según la subjetividad de la mente), cómo por otro puede darse esa objetividad, ese "planteamiento común" para todos los observadores ("inmutabilidad y universalidad de las leyes físicas"). O sea, han de combinarse sin paradojas la variabilidad con la inmutabilidad. Pues la solución es la "forma de construcción de la realidad", basada en la "irreversibilidad del suceso". Es, pues, este último el que marca la pauta de todo el proceso y diluye por completo cualquier paradoja.

(De la obra del autor Superego)

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