domingo, 12 de diciembre de 2021

Más allá de la vida

 "El universo es cambio, la vida es cambio; el ser vivo está en continuo cambio.

La evolución es cambio y ello permite el progreso (evolución) de los propios seres vivos"


*Las esencias son inmutables.

*La sensación-presente es una esencia.

*Vida es un conjunto de sensaciones-presente.

*Las sensaciones-presente están hiladas por el tiempo.

*Las sensaciones-presente de una misma vida son un conjunto cuyos elementos poseen una relación definida por una ley de semejanza.

*El tiempo establece el ineludible cambio de una sensación-presente a otra. (Ello conlleva la ilusión traducida en la expresión: el presente es transcurrente.)

*La vida de una criatura en concreto, tiene un origen (nacimiento) en una sensación-presente y un final (muerte) en otra sensación-presente.



Sin el tiempo, la sensación-presente como tal esencia sería inmutable, entonces, el tiempo dejará de existir para toda criatura viva a su óbito.

Por la conexión de la ley de semejanza, cada elemento del conjunto (sensaciones-presente de la vida), posee en sí un comportamiento holístico de todas las circunstancias vitales. Y eso vale para el instante final de  de la sensación-presente del último instante, que se mantendrá inmutable (como esencia) per se.

A partir de tal instante (último), es una incógnita la posible conexión entre las sensaciones-presente de una misma vida (criatura) fuera del universo material ordinario conocido (coordenadas espacio-temporales). ¿Existirá otra ley de semejanza para tal especulativo entorno, que representaría algo así como una perpetuación de la criatura en un mundo sin cambios?... Mas, ese especulativo mundo imperturbable lo es, también, para la relación entre sus miembros.

¡Pero todo ello significa una intromisión en ámbitos religiosos que así lo afirman, toma de posición que en ningún modo es mi verdadera intención!

viernes, 26 de noviembre de 2021

Cuántica y mente

 Cierto que el conocimiento del comportamiento de los cerebros que hacen posible el campo mental, presenta aún muchas lagunas que la ciencia trata de rellenar... y aunque mucho se sabe, queda un mundo por conocer, y entre las cuestiones principales figura el del dominio de la cuántica en los procesos más básicos del funcionamiento de las mentes. Y es que las propiedades cuánticas más características como el entrelazamiento cuántico y el efecto túnel se antojan imprescindibles en sus procesos ordinarios.

Ya dije anteriormente que las condiciones necesarias para que un sistema material presente signos claros de sensación, es decir, ser una materia sensible, eran las siguientes:

a) Existencia de un campo electromagnético abrazando el conjunto.

b) Feedbacks o retroalimentaciones consustanciales al sistema, en un movimiento continuo de vaivén entre entradas y salidas.

c) Dominio de la cuántica en lo más esencial de sus procesos.



Pues bien, en una investigación del Instituto de Tecnología e Ingeniería de materiales de Ningbo (China), han sido descubiertos mecanismos cuánticos en estructuras de de ferritina en el laboratorio que son similares a los que se encuentran en neuronas críticas del cerebro, que forman parte de estructuras cerebrales implicadas en movimientos voluntarios conscientes y en procesos cognitivos, lo que sugiere que por lo menos determinadas facultades mentales humanas tienen un sustrato cuántico.

La investigación evidencia la existencia de una función cuántica en las capas de proteína de ferritina que se encuentran en las células, por supuesto en las neuronas, así que esta función cuántica estaría extendida por todo el organismo.

Con ello se describen nuevos aspectos de los procesos biológicos cuánticos que hasta ahora se han sugerido que ocurren en la fotosíntesis, en la mutación del ADN, en el olfato o en la visión, en la actitud enzimática, y en la magnetorrecepción que usan los animales para orientarse en el campo magnético de la Tierra.

Ya hace años que el físico-matemático Roger Penrose sugirió que en el cerebro regiría la biología cuántica, con lo que la consciencia podría ser el resultado de procesos cuánticos en el mismo.

En el artículo de la BBC, debido a Cristiane de Morais Smith, titulado:"¿Puede explicarse la conciencia con física cuántica?", en alusión a la hipótesis anterior de Penrose, esta nos dice: "las leyes de la mecánica cuántica solo suelen aplicarse a temperaturas muy bajas. Los ordenadores cuánticos, por ejemplo, funcionan actualmente a unos -272 grados centígrados." Así que, como nuestro cuerpo funciona a temperatura ambiente, sería esperable que se rija por la leyes de la física clásica, y esta sería la razón por la que la hipótesis de Penrose ha sido descartada por bastantes científicos.

Aún así, Cristiane de Morais se ha unido a otros colegas de China, como el profesor Xian-Min Jin, para "poner a prueba algunos de los principios que sustentan la teoría cuántica de la conciencia". En particular, han investigado cómo podrían moverse las partículas cuánticas en una estructura compleja como el cerebro, pero en un entorno de laboratorio.

Las neuronas contienen microtúbulos que transportan sustancias a distintas partes de la célula, y la teoría de Penrose- Hameroff sostiene que los "microtúbulos están estructurados en un patrón fractal que permitiría que se produjeran procesos cuánticos".

Cristiane nos dice que si este es el caso, "solo podría estar ocurriendo a nivel cuántico, con diminutas partículas moviéndose en patrones fractales dentro de las neuronas del cerebro".

Pues bien, los experimentos realizados en la Universidad de Jiaotong de Shanghai por Cristiane y sus colegas chinos, revelan que los "fractales cuánticos se comportan en realidad de forma diferente a los clásicos", así que "este nuevo conocimiento de los fractales cuánticos podría sentar las bases para que lo científicos comprueben experimentalmente la teoría de la conciencia cuántica".

(De la obra del autor Conciencia y sensación)

martes, 16 de noviembre de 2021

Condiciones necesarias para la materia sensible

 Los signos claros de la aparición de la sensación en un sistema material son los siguientes:

a) Existencia de un campo electromagnético abrazando el conjunto.

b) Feedbacks o retroalimentaciones consustanciales al sistema, en un movimiento continuo de vaivén entre entradas y salidas.

c) Dominio de la cuántica en lo más esencial del proceso.

Analizaré las tres condiciones.

a) El campo electromagnético y las ondas cerebrales

Me hago eco del artículo de Johnjoe McFadden titulado "Integrating information in the brain´s EM field: the cemi field theory of consciousness", publicado en Neuroscience of Consciousness

Según la concepción del autor podrían edificarse las bases de una inteligencia artificial consciente, capaz de crear robots con pensamientos y consciencia de sí mismos.

En el artículo se cita el monismo filosófico que sostiene que la sustancia básica de las cosas puede ser reducida a materia neutra, así que la consciencia sería generada por el propio cerebro y su enorme red de conexiones neurales, pero para McFadden habría que volver en cierto modo al dualismo de Descartes, aunque no en el sentido de la existencia de materia y alma, sino de materia y energía. En palabras del autor de la teoría: "la consciencia es la experiencia de los nervios que se conectan al campo electromagnético autogenerado del cerebro, para impulsar lo que llamamos libre albedrío y nuestras acciones voluntarias".

En su teoría las ondas eléctricas no solo circulan por las fibras nerviosas, sino que "también emiten un pulso de energía electromagnética al tejido circundante". "Dicha energía lleva la misma información que las descargas nerviosas, pero no lo hace como un flujo de átomos dentro y fuera de los nervios sino mediante ondas de energía inmaterial" conformando el campo electromagnético del cerebro que puede detectarse mediante técnicas como el electroencefalograma (EEG) o la magnetoencefalografía (MEG). El electroencefalograma mide las frecuencias de disparo de los impulsos eléctricos en la corteza cerebral.


Así que para McFadden, el campo electromagnético del cerebro no solo es rico en información, sino que también funciona como "sede" de la consciencia que impulsa el libre albedrío y las acciones voluntarias de animales y humanos. Para él la comprobación y aplicación de su teoría hará posible el desarrollo de robots en basa a "inteligencia artificial consciente" con la capacidad de pensar por sí mismos.

La existencia de ondas cerebrales en animales como mascotas, u otros mamíferos y hasta aves, está totalmente comprobado, también que los animales sincronizan sus estructuras cerebrales para la interacción social.

Es indudable, pues, que las experiencias en el campo neurocientífico parecen confirmar la necesidad del campo electromagnético para la existencia del campo mental de la materia-energía sensible.

(De la obra del autor Consciencia y sensación)

domingo, 14 de noviembre de 2021

Consciencia y sensación (Antecedentes)

 Me gustaría contribuir, aunque sea modestamente, a la magnífica labor que supuso para el común la aparición de obras de eminentes científicos y pensadores en torno al significado de la vida; obras históricas que supusieron un hito en el esclarecimiento del mayor misterio que aún perdura, y no será por la enorme cantidad de medios y esfuerzos que se han dedicado al tema. En mi horizonte siempre figurará la pequeña, pero magnífica obra de Erwin Schrödinger "¿Qué es la vida?", también la filosófica de Heidegger "El ser y el tiempo"... Y muchas más que prefiero no citar, pues me dejaría muchas en el tintero... En verdad, son multitud los pensadores que han aportado su granito de arena al desvelamiento casi metafísico del fenómeno vital, de su significado, de su trascendencia... Hasta en mí la curiosidad me hizo escribir algunos apuntes sobre el tema, tales como las obras: "El ser y la vida"; "El cierre del círculo"; o "La empatía y otras cuestiones".


Ahora vuelvo a sumergirme en los entresijos de la búsqueda del significado de la vida, la mente, la consciencia, y cómo no, de la sensación.

Me congratulo de haber definido, en varias de las obras citadas, la que en mi opinión es la definición más amplia de la vida: "La vida es un conglomerado de información y sensación"... Ya parecía sospechar en mis adentros la trascendencia de la sensación en el fenómeno vital.

La sensación es la cualidad esencial que presenta la materia-energía sensible, pero esta última requiere unas condiciones necesarias para que así podamos percibirla. (Aunque habría que analizar profundamente hasta donde se extienden esas condiciones, pues no hay que desechar la idea de que toda la materia-energía fuera sensible -panpsiquismo.)

En la próxima entrega abordaremos tales condiciones necesarias.

(De la obra del autor "Consciencia y sensación")

jueves, 4 de noviembre de 2021

Introducción a la obra "Consciencia y sensación"

Dos mundos aparentemente distintos se deslizan ante nuestros ojos y nuestro entendimiento, cual si fueran, en bastantes ocasiones, opuestos en sus cualidades, contrapuestas unas a las otras... algo que a lo largo de la historia ha confundido y aún confunde a las mentes más prolíficas y preparadas de nuestro entorno social. Lo fue para Descartes con su dualismo, cuerpo y alma, y ha seguido siendo así hasta nuestros días.

 No obstante, hoy, un monismo, quizás no confesado abiertamente, salpica los distintos ámbitos científicos, a costa de ir eliminando uno de los componentes del dualismo: el alma.

De cualquier forma, es una obviedad negar las diferencias cualitativas que persisten en el llamado mundo científico, abanderado por las ciencias que apellidamos exactas, como la Física y la Matemática, y otras tan cercanas como la Cibernética, la Biología, la Neurociencia en sus distintas especialidades, etcétera, y aquello que anteriormente estudiaban las llamadas "carreras" de Letras... Entre medias una Psicología a la que sus detractores nunca dieron completa "carta de validez"...

Así y resumiendo, quedaba establecido un mundo al que llamábamos de la "objetividad" ("real" para algunos), y otro "mundo de cualidades" (qualia), que la Ciencia en sí le resultaba muy difícil de estudiar... a veces, y muchas, hasta se le "desplazaba" fuera de las fronteras de la misma Ciencia. Emociones, sentimientos, cualidades volitivas y mentales, el sentido de la belleza, el arte, etcétera, llenaban estanterías enteras de temas ante los cuales la Ciencia prefería sentirse ajena...

Pues bien, sin extenderme mucho más ante asuntos tan inabarcables, enjundiosos y complejos, mi pretensión en este pequeño trabajo es ensanchar un poco más el formidable edificio de la Ciencia, sin perjudicar el amplio campo de cuestiones tan importantes para el ser humano que constituyen en conjunto: la Religión, la Historia, la Metafísica y otras.

Ya supuso una revolución considerable en nuestras mentes la asimilación de la equiparación del concepto clásico de la masa física con la energía, en la famosa fórmula de Einstein, E=mc², que significaba que la masa (con su característica propiedad de la "inercia") era energía extraordinariamente concentrada, hasta el punto que su súbita transformación en energía equivalía a una deflagración de efectos catastróficos (base de la bomba atómica).

Pues, ahora, pretendo convencer (especialmente a mí mismo) de la bondad de una hipótesis, que significaría una nueva revolución en el mismo ámbito, "que la energía también posee otra cualidad excepcional, cuando se dan unas circunstancias especiales", que trataré de exponer en lo siguiente. Y esa cualidad no es, ni más ni menos, que la "sensación", es decir, que la masa-energía se hace "sensible", siente, y en ello radican las facultades percibidas en los seres vivos de consciencia, voluntad, etcétera.


Y he de aclarar que, en mi opinión, no estamos ante una "emergencia" que justificaría el dualismo de Descartes, sino que la energía, la energía-materia, posee siempre tal propiedad, tal cualidad, aún cuando no estemos en disposición de observarla en multitud de ocasiones, dada nuestra nula sensibilidad ante tal hecho en los niveles evolutivos más bajos, al punto que denominamos como masa-energía "inerte" a este estado, es decir, la tradicional masa de la Física.

Existe, pues, una continuidad, en otras palabras, podemos decir que la energía existe en tres estados diferentes: energía a secas, masa inerte concentrada, y masa-energía sentiente.

Que esta última, según nos enseña la experiencia, se establece, más que sobre la materialidad pura de las partículas, sobre un campo electromagnético (cerebro vivo), es otra cuestión que analizaré oportunamente.

(En la imagen Pitágoras. Artículo extraído del ensayo del autor "Consciencia y sensación")

martes, 31 de agosto de 2021

La senda de lo divino

La evolución religiosa y filosófica que me ha acompañado a lo largo de los años, a mi parecer ha sido trascendente en lo que a mí atañe... De una educación, por las circunstancias, de enfoque cristiano-católico, ya desde la pubertad, un amplio horizonte de incógnitas no resueltas ocupó mi pensamiento. De forma somera tal evolución aparece en mis escritos, tales como: "Mis planteamientos", "El legado", "¿Por qué sigo creyendo en Dios?", "El sentido del universo", y sobre todo en la obra "Melodía en las estrellas".

Tengo que lamentarme del hecho de la paulatina acritud de mi carácter a medida que el tiempo me ha ido desvelando la actitud mayoritaria de la sociedad humana, que parece dirigirse a lo más sórdido de la conducta, pues, exceptuando el aspecto técnico, trae más males que bondades.

Y no era así, en mi opinión, en los años 90 del siglo anterior, precisamente cuando escribía "Melodía en las estrellas"... Parecía que el mundo se dirigía hacia un cierto consenso espiritual, donde guerras y toda clase de males podrían ser aisladas dentro de un horizonte de solidaridad y empatía general... Pero las últimas décadas han alimentado mi escepticismo: ¡No veo tal progreso, sino por el contrario, un apresurado camino hacia el vacío y la autodestrucción!

No estoy hablando del símil del "Infierno de Dante", pero las cosas parecen no estar encauzadas en absoluto hacia aquello que anteriormente se llamaba humanismo.

Sin embargo, en el artículo (ver Simbiotica´s Blog) "Cosmovisión: el sentido del universo", aporté la idea de que el universo en sí, sí parece tener un sentido plenamente justificado en dirección al acto de crear, que conducía inexorablemente, en el devenir de los tiempos, a la manifestación de la Criatura Suprema a la que llamábamos Dios: un lejano futuro iluminado por la suprema luz de la divinidad.

Mi tristeza se cimenta sobre la tremenda probabilidad de la autodestrucción de la estirpe humana, tal como van las cosas ( y en contra de lo que soñaba en la "Melodía de las estrellas"), hasta el punto de que sería muy dudoso que esta humanidad, que para Nietzsche tendría que conducir al Superhombre, alcanzase tal objetivo...

Pero hay una realidad indiscutible: la evidencia de la Creación que nos rodea supone (volver a releer "el sentido del universo") que la evolución del universo condujo a un éxito extraordinario: ¡la presencia del propio Dios! Opino (véanse mis escritos citados), que nosotros, las criaturas vivientes, somos copartícipes de tal Creación... Que todo nació de esa Nada del Caos original, de un pálpito del mismo, en una indeterminación temporal... algo mínimo apareció, y su evolución es la creación que vemos y que condujo a Dios (en el futuro), y los tentáculos de Este en el pasado (¿mundo cuántico?), propiciaron nuestra propia creación... ¡Esa evolución del universo en el futuro hizo posible a Dios, luego dicha evolución no fue "abortada" ante la "evidencia de Dios"! Si la evolución no fue abortada, y nuestra estirpe humana parece abocada hacia la autodestrucción, no es la humanidad o su estirpe la que abanderó o abanderará tal evolución... Consecuencia: Otros seres del inconmensurable universo habrán conducido y conducirán la evolución en la "senda de la divinidad" hasta la consecución del Ser Supremo... Pues bien, quizás no sea obra de una sola especie viviente, sino la elaboración y contribución de muchas otras...


Yo quiero contribuir, aunque sea modestamente, a la consecución de tal objetivo; ser partícipe, uno más, de la construcción de esa senda que nos lleva a Dios... Si la humanidad se conduce por otros derroteros que no llevan a tal fin, lo lamento por mis congéneres: ¡Yo pertenezco a la "senda de lo divino"... ese es mi faro y ese es mi afán!

¡Un misterio insondable, sí, pero una ilusión que solo se agota en el infinito!

MATERIA Y CONSCIENCIA

  El universo de Alejandro Álvarez Silva. Parte   I. Observador del "Hecho Consumado" . Parte  II . Idealismo analítico. Parte III...