lunes, 27 de enero de 2014

Transpoesía.



(Del trabajo de Michel Camus titulado "Paradigma de la transpoesía")

"Norte, Sur Este y Oeste forman parte de la misma Rosa de los Vientos y están generados por el mismo signo enigmático. Toda verdadera búsqueda poética, cualquiera que sea su lengua o la naturaleza de su cultura, está orientada hacia el centro e intenta aproximarse al sentido ante el cual el poeta Antonin Artaud exclamó: -¿Pero quién ha bebido de la fuente de la vida? Entre los caminos de la búsqueda que convergen, cada uno por su propia vía de pasaje, hacia la inaccesible fuente de vida, podríamos llamar transpoesía la vía transfiguradora del poeta zahorí orientado hacia el autoconocimiento y la unidad del conocimiento. Mirada que atraviesa y sobrepasa la poesía."

"Ser transcultural es, en esencial, no dejarse alienar por las formas y las creencias, por sistemas de pensamiento y enseñanza formales. Es abrir a la trascendencia del sentido más allá del lenguaje, abertura que el chamán mexicano Don Juan Matus llama el "conocimiento silencioso" inseparable de nuestra luminosa ignorancia. El poeta zahorí tiende a reconciliar las hermanas enemigas: la poesía y la filosofía. La visión transcultural de la poesía es forzosamente transreligiosa; es planetaria antes de ser europea, francesa o de otra parte; florece en el centro de la Rosa de los Vientos; está abierta a todas las diferencias."

"Nuestra comprehensión de toda cultura diferente a la nuestra sólo puede resultar de nuestra comprehensión abierta a la identidad de contrarios. Formamos parte como ellos mismos del mismo Nos trascendental para hacer referencia a la visión, en Edmund Husserl, de la intersubjetividad absoluta de los seres y las cosas rigiendo la esencia de la vida."

"Uno de los axiomas del poeta zahorí, es el principio absoluto de la relatividad y de todo lenguaje. Él sabe que todo es metáfora. Él sabe que la paradoja del lenguaje poético es de hacer alusión a aquello que escapa al lenguaje. Olvidamos a menudo que el lenguaje es una enorme muralla china. El poeta zahorí la atraviesa abriéndose al silencio viviente. Es por ahí que el poeta escapa a la prisión de la lengua. "No hay poesía sin silencio" decía Roberto Juarroz. Esa presencia infinitamente lejana del silencio viviente, podemos llamarla indiferentemente presencia de lo sagrado o conciencia de la trascendencia inmanente en el sentido que la trascendencia es inmanente de la conciencia misma. Es del orden del secreto que la poesía iniciadora tienta, por imposible, de compartir. Es un secreto transpoético, puesto que atraviesa la palabra y el silencio, puesto que está más arriba de la palabra y del silencio. Es el tercio secretamente incluido en la oposición binaria de la palabra y del silencio. Ese tercio incluido ningún poeta jamás dijo ni dirá que es, El maestro Eckart hace alusión evocando la esencia de una "tercera palabra" que no está dicha ni pensada y que jamás ha sido expresada. El silencio poético puede acceder, en lo que vive, a un alto grado luminoso de silencio. Sólo ese silencio puede librarnos de la sombra oscura y de la gravidez del lenguaje. No es un silencio vacío, es un silencio lleno e incluso desbordante de sentidos silenciosos. Poco importa el nombre que sirve para señalar el abismo o el agujero escondido en la lengua, dicho de otro modo, el no-referente que escapa a todo lenguaje. El poeta zahorí utiliza libremente las palabras como flechas tiradas hacia lo Impronunciable, hacia la Fuente inaccesible pero inagotable. En tanto que hombre de límites sólo puede aproximarse sin alcanzarla. Decir "la Fuente" es entonces una metáfora; aquella del enigma del ¿Quién? Y del enigma del ¿Qué? Que son un solo y mismo enigma. El poeta es libre de hacer alusión evocando el Sin-Nombre, el Sin-Forma o el Sin-Fondo. Es paradójicamente el Sin-Fondo que funda la unidad del conocimiento poético."

"El paradigma de la poesía transcultural, es antes que nada la necesidad de despertar del hombre aquello que lo funda, a aquello que lo atraviesa y a aquello que lo sobrepasa".

"La alianza de los buscadores de la verdad, unos interrogando el polo del Sujeto y los otros el polo del Objeto y su interacción transdisciplinaria, pueden constituir un indestructible nudo de luz contra las tinieblas programadas de las aves de rapiña. El destino de la humanidad no está decidido de antemano, se crea a cada instante. Arrojado en la nave-tierra en una fabulosa aventura cósmica, el fenómeno humano posee en su corazón la inagotable potencia de despertar a la luz trascendente de su propia fuente interior. Es la vocación de poetas zahoríes de hacer alusión creando nuevos puntos de referencia y nuevos signos de orientación sobre el camino del infinito interior."


martes, 21 de enero de 2014

¿Qué es la poesía?


(Del trabajo del mismo título publicado en la Hemeroteca Virtual ANUIES firmado por Victoria Martha Núñez Cea)

"Al hurgar en la esencia poética nos encontramos con la esencia primigenia de la magia animista, el conocimiento y la creencia, es decir, los poderes de la religión (del latín religare volver a unir), la intuición y la lógica, y por supuesto, el lenguaje."

"Parafraseando a Gumbel, en Filosofía de la ciencia literaria, la poesía como arte individual o colectivo también busca respuestas alternativas y pretende expresar la relación esencial del hombre con los fundamentos del mundo y del ser; por lo que abarca a través de símbolos los problemas eternos de la muerte, el nacimiento, Dios, la salvación, el amor, el dolor, la brevedad de la vida, la naturaleza y el espíritu. Pero qué es lo que distingue a la poesía de la filosofía. precisamente la forma de expresar estos sentimientos y el matiz de sus respuestas."

Octavio Paz en Los Hijos Limo nos dice: "el mundo es un poema; a su vez, el poema es un mundo de ritmos y símbolos. Correspondencia y Analogía sino nombres del ritmo universal."

"En otras palabras, liberar nuestro espíritu y desarrollar sus potencialidades positivas, para que como lo enuncia Maimónides (Moisés BenmMaimón, 1135-1204) en su Guía de los descarriados, esa parte de nuestra alma que más hayamos desarrollado durante nuestra vida terrenal, alcance finalmente la inmortalidad al ser asimilada por el Ser Absoluto."

"Desde esta perspectiva, la experiencia poética resulta vital, es una vía mística, como lo son las prácticas hindúes; ello remite a una trayectoria hacia lo más profundo de nuestro ser que se afana por comunicarse con la otra orilla."

(O.Paz) "El hombre es un eslabón en la cadena de las analogías pero es un eslabón en el que la analogía se desvía y comienza a delirar. La ironía y la conciencia de la muerte son dos rasgos exclusivamente humanos y que rompen la analogía universal."

"Puesto que la poesía existe aun cuando el poeta muere. Ya que la inmortalidad es dejar de ser individuo y con ello anular la diferencia que se eclipsa en la Analogía absoluta."

"El creador vibra al descubrir la gama infinita de posibles latentes, trabaja arduamente por aproximarse a la Otredad, por disolverse en la vacuidad, en un arrebato siente aprehenderlo y lo plasma; él mismo queda extasiado ante la concepción, pero es precisamente entonces cuando el envanecimiento le hace perder pie y en un juego de espejos traslada esos atributos a su persona. En el momento en que el autor es capaz de reconocer la intervención de un algo más allá que lo trasciende y lo comprehende, asume su carácter demiúrgico. Es así como logra entablar el diálogo con la Perfección y de acuerdo con los postulados poéticos de la tradición esotérica, a través de la Palabra restaura por un instante la Armonía Sideral."

"A través de la Poesía y el poder de su Palabra primigenia conseguimos expresar lo inefable, inmersos en el lenguaje poético, igualmente inaprehensible, sin entender logro comprender. Esta revelación nos es asequible no a partir de la lógica del conocimiento humano, sino durante la experiencia intuitiva de la inclusión; somos parte de Algo Superior que nos abarca, somos un fragmento imprescindible para conformar el Todo. ¡Qué enigmático poder tiene la poesía que en un instante, el de la lectura, es capaz de ser el letífero, que nos concede la Inmortalidad, cruzar la otra orilla y mantenernos, así, colindando con lo inefable!"

"; casi inconscientemente mis labios comenzaron a balbucir los primeros versos de un poema, "Hermandad", de O.Paz, aprendido con pasión: "Soy hombre: duro poco/ y es enorme la noche./ Pero miro hacia arriba: las estrellas escriben" (...), y su imagen poética asumió un significado que antes sólo era virtual: "Sin entender comprendo: / yo también soy escritura/ y en este mismo instante/ alguien me deletrea". En aquel entonces permanecí suspensa como ahora en que concluyo que Poesía es la posibilidad de contemplar y "beber con los ojos" por un instante la Eternidad. Instante inaugural en el que somos de nuevo: "Adán de barro fresco todavía", verso de Efraín Bartolomé que nos permite retornar a la primera noche y contemplar el firmamento, en cuya escritura, como lo dice el último verso de "Hermandad": "Alguien me deletrea":

(De la obra de Alejandro Álvarez Silva "El cierre del círculo")

viernes, 17 de enero de 2014

La intuición vivida -II-


Fe, costumbres, consejos, principios... ¡Había otros y funcionaban en otros mundos!... ¿No parecía que por ello, unos con otros se destruían?

Lo que fue guía, al entrar en las tinieblas se disolvió como el humo... ¡Y en seguida la desconfianza!... No hay nada que valga... ni maestros, ni métodos, ni enseñanzas milenarias, ni la misma ciencia pretenciosa en su afán de derribar la filosofía, pues al final encerraba en sí una monotonía, una interminable sucesión de teorías que en el fondo no eran más que número, y con ello vacío, la misma Nada...

Y, sin embargo, dentro nuestra llama no se apagaba, había una rebeldía cada vez mayor que salía a flote por encima de fangos y lodos de cualquier especie... ¡contra viento y marea!... Si la empresa era ardua, avasalladora, terrible... ¡más fuerte era nuestro espíritu!, ¡más fuerte se hacía la voluntad de ese Ser que anidaba dentro!... Si no había nada en qué apoyarse... ¡mejor!, ¡me tenía a mí mismo!... Claramente no existía ya nada "otro" que apoyase nuestra fuerza... y si no había nada "otro"... ¡éramos nosotros mismos!... Con ello se afianzó nuestro Ser... ¡Nada aguantaba los envites del tiempo!... Solo había una evidencia: ¡éramos nosotros mismos!... ¡Era nuestra Voluntad!... ¡mi Ser!.

Resultado: ¡Apareció la clarividencia del Ser!... ¡El Ser se iluminaba!... ¡Era la única luz en un mundo de tinieblas!... ¡Cuanto más negra era la noche, con más fuerza refulgía nuestro Ser! Y si no había nada fuera de mí, ni guía, mi luz sólo podía estar en mí, ¡yo, minúscula mota ante el impresionante edificio de la ciencia y la tecnología!... , ¡pero partícula viva en un mausoleo de cadáveres!... ¡Yo tenía vida, yo tenía intuición!: ¡Intuición vivida!

Mi única arma, mi honda, era yo mismo. Era un canal que parecía insignificante, pero que se abría hacia el infinito, la conexión entre microcosmos y macrocosmos: ¡eso era la tan denostada intuición!

¡Cuán pronto decidió la ciencia derribar a su David, la intuición, reconociéndola como tal!... ¡Cuán pronto tal vía fue desterrada como engendradora de error, cuando las más sublimes páginas de esa ciencia fueron escritas desde la intuición!... Un mal ejemplo, y la excepción fue tomada como regla, y como "interesaba" fue aceptada sin reservas: ¡Había que eliminar la intuición!

¡Pero qué tengo yo que no sea la intuición, lo más genuino de mí!... Ella extiende mis brazos más allá, a donde sólo llega ella, hacia el macrocosmos, hacia el infinito... ¡La intuición como el pensamiento empapa todos los ámbitos!... ¿Qué necesito más que mi intuición?... ¿Qué preciso más que mirar en mi interior, donde la intuición aguarda?... ¡Es el vaso del que bebo, y me sacia diariamente!

Y así habló la intuición:

"Hoy quiero hablarte amiga Razón de aquellas revelaciones que en sueños puso en mí el Ser, ansioso de alcanzar la quietud al transmitir el antiguo legado que lo mantenía en vela por tantos y tantos evos. De ellas nació este discurso: (*)"

(*) Se refiere a la parte DESARROLLO de la presente obra -"El cierre del círculo".

martes, 14 de enero de 2014

La intuición vivida -I-


¡Heme aquí!, siglo XX pasado, ya antiguo, tan básico para muchas generaciones, rompedor de ideas milenarias, germen de un espíritu naciente pero lleno de incógnitas, de derrumbes, siglo del conocimiento mutuo, de culturas que se abren a las otras, de conocimientos o descubrimientos de otros mundos tan lejanos y desconocidos hasta entonces.

Ciencia, filosofía... Todo ha transcurrido tan rápido para mi generación!... ¡Heme aquí!, personaje inmerso en una cultura occidental ya clásica, muy pasada tal vez, claramente ajada. El tan manido nuevo mundo ya se abrió hace tiempo con sus innumerables incógnitas, que originan la angustia del que entra en el camino minado de la evolución. Y es que acaso nuestros pasos nunca han sido dados tan en falso, puesto que si grande fue nuestro progreso, mayor fueron los lodos que se abrieron a ambos lados. El mundo aparece más amenazante cada vez, y ha entrado en nuestra propia casa. ¿Quién dijo que nos sobraba Dios?... ¿Quién dijo que la sabiduría de los grandes principios se había hundido entre nuestras dudas, para no resucitar?... ¡Nunca fue más buscada la poesía!

Cuando todo se va entre la penumbra heladora del número, no hay mejor asidero que el misterio, los lugares recónditos donde se esconde el Ser.

¡Heme aquí!, y necesito conquistar un mundo, mi mundo. Igual que tú, necesito estar en él y sentirme en él. Mundo de posibilidades, pero más mundo de peligros que amenazan con sus bocas abiertas.

¿Qué guías entretejen nuestro lecho?... Aquel venerable anciano de plateadas canas, respetado y sabio, brujo, ecuánime, ¿dónde estás?... Aquel respetado pope, de firmes principios, impasible al tiempo, estandarte de costumbres, ¿no eres quien bebe hoy de mi vaso?... ¿Dónde estás padre, sabedor de caminos, por ti hollados?... ¡Te añoro!... Hoy mi bagaje es tan exiguo, que aparezco desnudo ante ese duro invierno que tiempo ha empezó, y no se ve el final.

¡Tuve que inventar, pues nada valía ya!... Aquel conocimiento básico que tanto nos costó aprender, y que con tanta eficacia vistió a nuestros antecesores, se derrumbó como naipes ante el ímpetu de las ideas renovadoras, tan insólitas, tan evanescentes, renovadas a su vez por otras en un vértigo sin fin.

Y ni siquiera hubo algo inamovible en lo que cimentar nuestra andadura. Uno a uno fueron cayendo nuestros sustentos más sólidos, y cada vez era preciso descender más y más niveles en la búsqueda de la piedra de toque sustentadora de todo nuestro sistema, ¡valores que iban desdibujándose uno a uno hasta desmoronarse sin sentido de continuidad!... Y si no existía al fin ese punto de apoyo, ¿cuál sería el motor que alimentara nuestra búsqueda?

(De la obra de Alejandro Álvarez Silva titulada "El cierre del círculo")

sábado, 11 de enero de 2014

Reflexiones en torno a la filosofía (II).


Hay que rechazar "lo existente", pero por medio de una salida "fuera de su plano", fuera de su marco.

Y es que el marco "salta" si se "incide" (se irrumpe) desde otro terreno totalmente "ajeno" a ese marco: ¡si queremos incidir de forma clara y contundente en la filosofía, no debemos "nadar" en dicho plano!. ¿No fue ese el comportamiento desde su campo de la ciencia al inmiscuirse en la discusión filosófica?... Ahora bien, si la propia ciencia, a fuerza de "inmiscuirse", se ha transformado en demasiadas ocasiones en pura filosofía, ya no vale la "catapulta" de esa ciencia como acicate de la filosofía... ¡Hemos de acudir a otro poder, el de la intuición, para conseguir remover los cimientos de la misma!... ¿Pero qué tipo de intuición?... Pues no una intuición referida a conceptos o ideas, sino a sentimientos, emociones, a una poesía pura, "comprometida", imbuida de un amor entre los seres, hacia el Ser.

La línea que propongo cruza la divisoria entre religión, teología y poesía (teología poética), ambas hijas directas de la "intuición"... Desde este campo ajeno (a la filosofía) se acalla el canto de sirenas, saltando por los aires las ideas filosóficas no adornadas de una nueva "savia" que conmueva los corazones... Desde este marco se alcanza la unicidad, la pureza, la simplicidad, se difuminan los matices (hijos del entendimiento -la información-, la ciencia), se "estira" la racionalidad hasta campos ya fuera de su frontera, como corresponde a la "interioridad", la subjetividad... El camino se dirige indefectiblemente hacia el Ser: la pura poesía-amor (única), adornada de clarividencia (entendimiento) y sabiduría sin límites (filosofía)... Pero este no es el dominio de la religión: fe y creencias. Al menos la religión entendida como hasta el presente. La nueva fe y creencias no emanan de una "supuesta divinidad" o ser superior, en dirección de arriba a abajo (teleología)... El camino es justamente el contrario, de abajo a arriba. Nace de la poesía, de la intuición del alma humana que se "eleva hacia el Ser" (¿esa divinidad?)... Esta nueva religión es una creación del hombre (¿el superhombre nietzschiano?).

Hemos encontrado, entonces, una nueva vía, un arma que nos posibilita la construcción de una nueva "religión", que ya no es tal sino una simbiosis (identificación en colaboración) de ciencia, filosofía y religión. ¿Es, pues, el marco la filosofía, la ciencia o tal vez la religión?... No, su propio marco se sitúa arriba de cada uno de los tres (va más allá de cada uno de ellos por separado), que allí (en su propio lugar) aparecen unificados.

Y con esta última idea motriz tenemos ante nosotros un "atractor", un elemento (luz) sobre el que se va clarificando y, a la vez, relativizando, los distintos acervos de cada uno de los tres ámbitos: filosofía, ciencia y religión. Se establece un orden, por consiguiente, en cada uno de ellos que, entonces, traslucen complementariedad, colaboración... La diversidad no es ya contradicción, enfrentamiento; se remueven los cimientos, creándose un nuevo edificio perfectamente armónico... El Ser es, en definitiva, el "atractor" que lo hace posible.

(De la obra de Alejandro Álvarez Silva titulada "El cierre del círculo")

martes, 7 de enero de 2014

Reflexiones en torno a la filosofía (I)


¿A qué se debe el poco atractivo de la filosofía "académica" ante el público en general?

Tendríamos que hablar de una filosofía "popular" y una filosofía "de los filósofos".

Apuntaríamos dos razones principales acerca de la poca atracción de la filosofía:

* El argot rebuscado, ¿su pedantería tal vez?

* La aparente "despreocupación" de cada filósofo respecto a los otros filósofos: se asimilan, más bien, a líderes religiosos cuya "verdad" es la única y verdadera.

Las "contradicciones" de la filosofía (o de las obras de los filósofos) no se arreglan a través de un cierto "enciclopedismo".

Y es que lo ideal sería una filosofía "limpia", adornada de una pureza que dejara traslucir una ausencia de contradicciones entre sus diversas partes, o entre las variadas aportaciones de los distintos "maestros", bella, dotada de un lirismo poético "que no deje indiferente a quien la oye".

Debería desarrollarse una filosofía en ningún modo para "entendidos", sino para la gente "corriente", con un matiz "profundo", cuasi "teológico" que condujera hasta los mismos cimientos de la religión. Ahora bien, abocada sustancialmente a la conocida premisa de "menos creencia, más ciencia".

¿Cuál sería, pues, el encuadre?... ¿Filosofía, Ciencia, Religión?... (Viene a mi recuerdo, en este momento, aquel antiguo vocablo que acuñé en los años ochenta: "Superencia")... Mas, no me gustaría volver a "colocar" nuevamente nuevos grupos en la de por sí ya embarullada "clasificación" (en referencia a las corrientes filosóficas) o nomencaltura de las ideas filosóficas (¡una más!)... ¿Qué podría aportar en pos de la "claridad", de la simplicidad?... Por supuesto, de ningún modo debemos ser cómplices de esa complejidad creciente... En verdad, ¡esto parece un dilema!... ¿Qué arma utilizar para romper tal nudo gordiano?... Como el macedonio Alejandro no debemos escuchar "cantos de sirena" que nos introduzcan indefectiblemente al laberinto... Hay que escoger una vía que rompa con todo ello, una vía, ¿sorprendente, tal vez?, y al mismo tiempo extremadamente simple... Hay que rechazar esa "amalgama caótica" por medio de una salida "fuera de su plano", fuera de su marco (desde otra "dimensión" -a semejanza del golpe seco de la espada del conquistador).

(De la obra de Alejandro Álvarez Silva titulada "El cierre del círculo")

MATERIA Y CONSCIENCIA

  El universo de Alejandro Álvarez Silva. Parte   I. Observador del "Hecho Consumado" . Parte  II . Idealismo analítico. Parte III...