domingo, 12 de diciembre de 2021

Más allá de la vida

 "El universo es cambio, la vida es cambio; el ser vivo está en continuo cambio.

La evolución es cambio y ello permite el progreso (evolución) de los propios seres vivos"


*Las esencias son inmutables.

*La sensación-presente es una esencia.

*Vida es un conjunto de sensaciones-presente.

*Las sensaciones-presente están hiladas por el tiempo.

*Las sensaciones-presente de una misma vida son un conjunto cuyos elementos poseen una relación definida por una ley de semejanza.

*El tiempo establece el ineludible cambio de una sensación-presente a otra. (Ello conlleva la ilusión traducida en la expresión: el presente es transcurrente.)

*La vida de una criatura en concreto, tiene un origen (nacimiento) en una sensación-presente y un final (muerte) en otra sensación-presente.



Sin el tiempo, la sensación-presente como tal esencia sería inmutable, entonces, el tiempo dejará de existir para toda criatura viva a su óbito.

Por la conexión de la ley de semejanza, cada elemento del conjunto (sensaciones-presente de la vida), posee en sí un comportamiento holístico de todas las circunstancias vitales. Y eso vale para el instante final de  de la sensación-presente del último instante, que se mantendrá inmutable (como esencia) per se.

A partir de tal instante (último), es una incógnita la posible conexión entre las sensaciones-presente de una misma vida (criatura) fuera del universo material ordinario conocido (coordenadas espacio-temporales). ¿Existirá otra ley de semejanza para tal especulativo entorno, que representaría algo así como una perpetuación de la criatura en un mundo sin cambios?... Mas, ese especulativo mundo imperturbable lo es, también, para la relación entre sus miembros.

¡Pero todo ello significa una intromisión en ámbitos religiosos que así lo afirman, toma de posición que en ningún modo es mi verdadera intención!

MATERIA Y CONSCIENCIA

  El universo de Alejandro Álvarez Silva. Parte   I. Observador del "Hecho Consumado" . Parte  II . Idealismo analítico. Parte III...