jueves, 27 de febrero de 2014

Filosofía perenne: En busca del paradigma (II).


FICHTE

"Nosotros no actuamos porque conocemos, sino que conocemos porque estamos destinados a actuar".

Existen dos mundos, y el hombre pertenece a los dos: el mundo material del "ahí afuera", gobernado por causas y efectos, y el mundo espiritual, interno, "en el que soy por completo mi propia creación".

La inteligencia se ve a sí misma, y en esto consiste precisamente ese concepto de yo, visión que constituye su esencia.

El ser del objeto no existe para sí mismo sino para otro, es objeto para un sujeto. El yo, en cambio, existe para sí.

El yo no puede entenderse como una cosa, sino como un puro obrar, sin ningún otro ser que obre tras él.

Ni el "yo pienso", ni el "yo soy" es en último extremo a lo que lleva la reflexión, sino realmente el "yo actúo".

SHELLING

Asigna una manifestación intrínseca de lo Absoluto a la Naturaleza: "Como el momento real-histórico de la esencia de Dios".

"La naturaleza que no es aún yo en acto, es ya un yo en potencia. No y no-yo mutuamente se condicionan.

El yo absoluto sólo puede conocerse en un acto "que rebasa la temporalidad".

¡Nada es más difícil de explicar que lo finito!

Objeto y conciencia están mutuamente condicionados: la conciencia surge en tanto que el objeto aparece.

La naturaleza sería el "espíritu visible", siendo el espíritu "naturaleza invisible".

La naturaleza es una "bella durmiente" que despierta de forma progresiva de la inconsciencia ala conciencia.

Lo subjetivo sería lo primero, el único fundamento de la realidad, el único principio que explicaría el resto.

Por la autoconciencia el yo deviene objeto para sí mismo."

"En realidad de verdad lo finito no existe, sólo existe la unidad de lo finito con lo infinito".

"Lo absoluto no puede ser conocido sino en tanto que se conoce a sí mismo, lo que lleva a cabo por la transformación de su identidad en realidad, es decir, por la producción de las ideas eternas de las cosas. Lo absoluto se ve a sí mismo (idealidad) en el espejo de sus ideas (realidad)."

"Las ideas constituyen la auto-objetivación de Dios, su devenir eterno y, en este sentido, su "otro absoluto".

Schelling nos dice que lo finito no puede provenir de lo infinito "por disminución.

Schelling advierte que la libertad (considerada como principio absoluto) es anterior al idealismo, lo que significa que sería el pivote del mundo.

No solo lo absoluto se transforma en libertad, sino que lo absoluto se convierte también en voluntad.

La realidad "es anhelo que el Eterno siente de engendrarse a sí mismo"... Por ello es también en sí misma voluntad.

La creación se concibe, pues, como actualización y manifestación de la existencia de Dios. "Actualizarse, exteriorizarse es para Dios una exigencia absoluta de su existencia".

"La razón no basta para fundamentar la realidad, ya que es incapaz de dar razón de su propia realidad".

(De la obra de Alejandro Álvarez Silva titulada "Vida y mente")

domingo, 23 de febrero de 2014

Filosofía perenne: en busca del paradigma. (I)



Llamo filosofía perenne a aquella que nos sirve para edificar un "paradigma" válido para el momento presente y que se prolongue hacia el futuro con un carácter prácticamente universal.

A continuación se transcriben unos pequeños, pero sustanciales apuntes sobre la filosofía aportada por varios "maestros" de la Filosofía con mayúsculas; la idea es recoger en profundidad la esencia de las mismas en pos de la edificación de tal paradigma.

BERGSON

"La esencia de la conciencia es la memoria. Una realidad que no tuviera la capacidad de retener el pasado en un presente sería un espíritu de estructura puntual; cada acto comenzaría en cero, y aunque ejecutara actos iguales o parecidos a los de antes, esta semejanza sería nueva repetición. Sería justo la inconsciencia. La conciencia es, pues, esencialmente memoria. Ahora bien, la memoria no es un acto del cerebro. El cerebro no es un depósito de imágenes. En lugar de pensar que el cerebro es el órgano de la presencia de las imágenes, puede suponerse que el cerebro es el órgano de las ausencias, es decir, el órgano que selecciona lo que podemos recordar, ya que el cerebro es el órgano que permite y establece las condiciones de la inserción dela voluntad en la materia. Nada más. Con este doble condicionamiento de lo mnemónico y de lo voluntario, el espíritu se inserta en la materia. "Recibe de la materia las percepciones que constituyen su alimento, y se las devuelve en forma de movimiento en el que se ha impreso su libertad". El espíritu, pues, es una realidad propia irreductible a la de la materia y accesible tan sólo a la intuición."

SARTRE

"Lo que forma parte intrínseca de la emoción es que aprehende en el objeto algo que la desborda infinitamente. Existe, en efecto, un mundo de la emoción. Un mundo, o sea, unas síntesis individuales que mantienen entre sí unas relaciones y poseen unas cualidades. Ahora bien, no se confiere a un objeto una cualidad sino mediante un paso hacia el infinito. Claro está que si aprehendo repentinamente un objeto como horrible no afirmo explícitamente que seguirá siéndolo para la eternidad. Pero solamente la afirmación de lo horrible como cualidad sustancial del objeto es ya en sí misma un paso hacia el infinito. Vivimos emotivamente una cualidad que penetra en nosotros, que padecemos y que nos rebasa por todas partes. De repente, la emoción se separa de sí misma, se trasciende; no es un episodio trivial de nuestra vida cotidiana, sino intuición de lo absoluto." 

ORTEGA Y GASSET

"El hombre es un ente, "cuyo ser consiste, en aún no ser". El hombre como su vida, "es un ser indigente, el ente que lo único que tiene es propiamente menesteres". Es una pretensión, un proyecto y si se quiere un drama en que él mismo es autor, actor y espectador.

El hombre es libre porque puede elegir, pero es necesariamente libre porque se ve forzado a decidir."

"La razón no ha sido dada al hombre meramente para saber, sino para saber a qué atenerse, para servir a la vida. La razón surge como función de la vida y sirve a la vida."

(De la obra de Alejandro Álvarez Silva titulada "Vida y mente. Ciencia y misterio")

jueves, 13 de febrero de 2014

La lengua de los pájaros.


(Del ensayo de José Ángel Valente titulado "Sobre la lengua de los pájaros")

"En la experiencia de los límites últimos del lenguaje concurren el poeta y el místico. Establecidos ambos en esos límites, no hay, por lo que a la naturaleza y operación de la palabra poética se refiere, diferencias discernibles entre uno y otro."

"Pero la palabra poética sólo se cumple o se sustancia en ese borde extremo del silencio último que ella integra y en el que ella se disuelve. No tiene esa palabra más territorio propio que el descrito en esta bellísima expresión de Hallâj: "Los desiertos de la proximidad". Palabra, pues, del límite, del borde o de la inminencia, la palabra poética no es propiamente el lugar de un decir, sino de un aparecer. El poema, al igual que el Señor del oráculo, no dice, no afirma ni niega, sino que hace signos; significa, pues, lo indecible, no porque lo diga, sino porque lo indecible en cuanto tal aparece o se muestra en el poema, lugar o centro o punto instantáneo de la manifestación. Por eso el poema, la palabra poética o el lenguaje poético no pertenecen nunca al continuum del discurso, sino que supone su discontinuación o su abolición radical. Y de ahí que sea de la naturaleza de la palabra poética quemarse o disolverse en la luz o en la transparencia de la aparición."

"Lugar el poema donde se cumple la nostalgia de la disolución de la forma, donde el lenguaje queda en suspenso (un no se qué que queda balbuciendo), detenido o deslumbrado por lo que en él se manifiesta, y donde, junto con el lenguaje, entran en su disolución o en su fâna las nociones de espacio y de tiempo o la noción de sí mismo o del yo."

"Tal es la experiencia extrema del lenguaje en la que el poeta y el místico concurren..."

"Al igual que el lenguaje queda abrasado o disuelto en la luz o en la transparencia de la aparición, así queda el yo vidente abrasado o disuelto en la transparencia de la visión, en un "estado en el que todas las fuerzas de la conciencia se aúnan/ volviéndose hacia una visión que aniquila a todo lo vidente". Y todavía: "Errante en los desiertos de la proximidad (...)/ Y en la proximidad, la visión de mí se ausentó de mí/ Tanto que olvidé mi nombre".

"Discontinuación del discurso y del tiempo, ritmo de relampagueante aparición y de cesación de todo (cesó todo y dejéme), de radical suspensión del lenguaje (recuérdese que formas poéticas como el haikú tienen, según entiende Barthes, por finalidad sustancial no generar o provocar lenguaje, sino suspenderlo), el ritmo natural o último de lo poético sería en el caso del Corán el subyacente en la discontinua estructura, en la abrupta composición, en las consonancias y disonancias del texto sagrado."

"La asociación de lo que aquí hemos llamado ritmo natural de lo poético a los textos sagrados es una segunda vía de religación entre el poeta y el místico. La lengua poética ha sido la lengua originaria de lo sagrado en todas las tradiciones. En la tradición islámica es, según recuerda René Guenon, la lengua que hablaba Adán en el Paraíso. Lengua primordial, lengua de la revelación solar, la palabra poética correspondería, en las formas de experiencia extrema que aquí hemos considerado, a lo que en el Corán se llama lengua de los pájaros."

"Y Salomón fue el heredero de David y dijo: Oh hombres, se nos ha enseñado la lengua de los pájaros y todas las gracias se han derramado sobre nosotros" (27.15).

jueves, 6 de febrero de 2014

La poesía para Heidegger (I)


(Del ensayo de Alberto Pendón Martínez titulado "Heidegger y la poesía")

"Cuanto más se organiza y domina, tanto más insuficiente se revela la capacidad del hombre para construir y habitar el ámbito de lo esencial. Existe un juego de misteriosa correspondencia entre el uso de la razón y el abandono del suelo natal."

"Otra dificultad para dilucidar lo que es el ser, según Heidegger, es que las afirmaciones que se hagan en torno suyo no pueden ser demostradas, sino mostradas mediante el método fenomenológico. Pero es preciso establecer entre la multitud de existentes y de maneras de ser, el objeto a partir del cual realizar el examen y aplicar el método. Heidegger observa que solo uno de los existentes es capaz de interrogarse sobre su existencia y la totalidad de los seres, solo uno es capaz de hacer el mundo inteligible, es decir su historia; este es el hombre. Por ello toda investigación sobre el ser debe implicar el análisis de la condición humana (Dasein)."

"La verdad, por tanto, es un modo de ser, así propone Heidegger devolver la verdad a la esencia del ser. Una verdad entendida como aletheia, término griego que designa el desocultar, el estado de abierto que para conseguirlo es necesario un descubridor encarnado por el Dasein. De esta manera solo hay ciencia y conocimiento de la physis, lugar del ser, si existe un hombre que conozca y comprenda. En esta apertura que distingue a lo que se manifiesta, es decir los entes, de la desvelación del ser, es donde aparece la figura del poeta y la poesía, en torno a los cuales se cumple la esencia del hombre, esto es, el desarrollo libre de todas las posibilidades humanas, como apertura a la verdad."

"Es en la poesía donde acontece esa pasividad activa del dasein, cuya actividad consiste esencialmente en dejar ser al ser, su función es la gratuidad de la verdad confundida en el acto de apertura originario mediado por la palabra. En este espacio poético observa Heidegger, la condición de posibilidad para que el hombre recupere su esencia, oculta tras el dominio de la técnica. Se trata de crear un espacio ontológico para posibilitar la aparición del ser mediante la preparación del pensamiento y la poesía: "Solo un dios puede salvarnos, no nos queda otra posibilidad que la de preparar en el pensamiento y la poesía un espacio para la aparición del dios".

"De esta manera el próximo paso será explicar la esencia de la poesía, siguiendo a Holderlin, poeta alemán elegido por Heidegger por ser el poeta de la poesía, que rescata la esencia de la poesía a través de la elaboración de cinco palabras o sentencias acerca de la poesía y el lenguaje, que Heidegger describirá, mostrando su estrecha conexión esencial..."

"Elige a Holderlin entre todos los poetas, por ser el que mejor ha poetizado sobre la esencia de la poesía."

"Concibe la poesía como un juego de imágenes contenidas en la imaginación, por ello no es producto de la decisión racional o de la deliberación de los medios para obtener un fin programado, el cual tendrá unas consecuencias y consiguiente responsabilidad. Se trata, más bien, de un decir contemplativo sin que conlleve la praxis, un nombrar originario que se nutre del lenguaje."

"... Heidegger critica la concepción del mundo moderno de que todo lo que es, obedece a una causa; todo conocimiento que no tienda a dar razón de posibilidad de ser de un objeto o conocimiento es impensable en la mentalidad del mundo actual. Con ello se elimina del campo cognitivo, no sólo las emociones, también las construcciones imaginarias como los sueños, los deseos, el arte y el misticismo; ámbito más cercano a la perspectiva poética. La poesía se ubica fuera de esta amalgama de filosofía mediada por el principio de razón suficiente y aparece situada en el abismo originario donde todo empezó, en la Grecia presocrática, para descubrir lo que ellos no pensaron. Por otro lado la poesía es inocente porque su apertura no es desde el hombre mismo, sino a partir de la recepción que le hace ser. La actitud poética consiste en un escuchar: "...cuando el Ser se dirige a la palabra...".

lunes, 3 de febrero de 2014

Complitud.


El análisis del Ser con su estrecha vinculación al subjetivismo nos lleva a una mayor profundización, una disección más completa acerca del significado profundo de esta relación.

El otro polo, la objetividad, es lo más alejado de ese Ser, por ello conviene una recapacitación ante estos hechos, en beneficio de una más justa ponderación.

El Ser aparece siempre adornado de una característica básica: "la unicidad". Y esta última no se refiere a su aspecto "numeral", sino al de "complitud" como "sustancia única" en la que no "caben partes". El Ser (en sí) no admite competidores: "es único". El Ser lo es "en sí" y "para sí", "lo otro" es algo posterior y con él comienza el aprendizaje (la información), la misma evolución, la cual finalmente "arrastrará" al mismo Ser en pos del "desarrollo de su completa naturaleza".

Lo importante es que el Ser "para sí" en todo momento "se siente" completo (único), y si en algunos instantes aparecen atisbos de cierta "inseguridad", éstos son percibidos como una "rotura", un "casi morir" del Ser. Y es que provocan una gran zozobra (angustia) en el Ser, porque el Ser busca y quiere sentirse en la "estabilidad", interpretada esta última como complitud (unicidad). El Ser es Ser, sintiéndose como tal, cuando "está completo", es "él mismo". El Ser en lo más íntimo  está "completamente completo" (único): ¡no tiene partes!... Así que el Ser tiene una "tendencia natural" a completarse, a "cerrar las posibles vías divergentes", haciéndolas converger hacia sí mismo: el súmmum de la unicidad. Ahora bien, la vida es un discurrir, la vida está compuesta de una inacabable secuencia de "muertes y nacimientos", de "construcciones y destrucciones", de estados (estabilidad) hilados con inestabilidades, fluctuaciones. En cada inestabilidad se abre un abanico de nuevas posibilidades (como un nuevo nacimiento) que conducen a una estabilidad "mortecina", incapaz de originar otras potencialidades distintas de las presentes. Apertura y cierre, tal es el proceso de la vida, de la misma evolución. Y el Ser "desarrolla su naturaleza" en el tiempo, por ello está sometido al mismo proceso. Pero el Ser cabalga, mora "en sí mismo"; añora, se ama "a sí mismo", y por ello ocupa esos "instantes de estabilidad": realiza ese "movimiento de cierre", de convergencia. El azar realiza el movimiento contrario: la divergencia. Con ello se expande la evolución, el mismo Cosmos, cual onda creciendo en un estanque sin fin. Mas el Ser "sujeta esos hilos", los retuerce y los hace converger hacia sí.

El árbol del azar tiene muchas ramas cada vez más tupidas, como un torrente incontrolable... Y el Ser no habita en esas aguas!... Cuando las aguas se precipitan en un único sumidero, todo se "radica" en él: ¡ese es el Ser, el lugar del Ser! El Ser "precisa" que esas "vías divergentes" se transformen en algo "abarcable", "controlable". Su dominio, su poder, su voluntad crece en la autoafirmación de este movimiento del todo imprescindible para que la diversidad entronque unidad, la unicidad en que s sustenta el Ser. Y es que las vías "salen" pero "vuelven" de nuevo al Ser, como en un círculo, divergentes y únicas a la vez, pues lo que "sale" se reencuentra con lo que "regresa", unificando, entonces, ambas corrientes. Las partes (vías) se unifican así en ese doble movimiento: aparece, pues, la unicidad, ¡la morada del Ser!... Y mientras esas vías no se confundan, "se cierre el círculo", no aparecerá el Ser... ¿Estás buscando al Ser?... ¡Helo aquí!... Donde aquellas "vías abiertas" (hechos, leyes, acontecimientos, etc.) han encontrado un "sistema" (cerrado-completo) "autoconsistente en sí mismo", ahí está el Ser, y sólo está el Ser, pues el Ser lo "centra todo": ¡el mundo se construye sobre sí mismo! (puro subjetivismo).

El Ser "cierra el círculo", y cuando se "cierra el círculo" en su interior está el Ser. Dicho Ser se encuentra en una permanente labor de "cerrar círculos", pues su autoafirmación, su propia naturaleza (como pura subjetividad) se alimenta de tal actividad.

Mas la evolución es un proceso continuo de ruptura y cierre, nacimiento y muerte. Fuerzas convergentes y divergentes se van relevando en incesante baile: azar y Ser en continua lucha. Tristeza, zozobra e inseguridad (a la vez explosión de vitalidad), se tornan en alegría, seguridad y autoafirmación en el Ser cuando por fin éste logra "dominar" con sus poderosos brazos los caballos desbocados del azar, completando de este modo el "cierre del círculo".

Por el contrario, objetividad es análisis, diversidad, y a mayor campo de variabilidad (disección hasta los más ínfimos detalles) mejor. El "movimiento" es claramente dispar del anterior. Esas vías, pues, se abren, se ramifican cada vez más y más... Y en ese mundo "abierto" no está el Ser... El mundo se abre, "en todas direcciones", cada una "diferenciada" de la anterior... ¡Y en ese mundo no puede habitar el Ser, pura unicidad (simplicidad, subjetividad)!... mientras no haya un movimiento de "convergencia", de "logro de unicidad" (cierre del círculo) no aparecerá el Ser. Y así, el Ser tiene los mismos caracteres de totalidad, globalidad (unicidad) que la suprema subjetividad que representa "el centrar el mundo".

(De la obra de Alejandro Álvarez Silva titulada "El cierre del círculo")

MATERIA Y CONSCIENCIA

  El universo de Alejandro Álvarez Silva. Parte   I. Observador del "Hecho Consumado" . Parte  II . Idealismo analítico. Parte III...