lunes, 26 de abril de 2021

El Poder de las naciones y la globalización

 Un concepto tan conocido como el Poder, referido al potencial de cada nación que no ha necesitado aclaración, pues como el valor, "se le supone", curiosamente en los tiempos presentes requiere una "modulación" que debe trastocar su tradicional concepto.

Y es que se advierte, ante el peligro de "autodestrucción humano" que vengo advirtiendo desde hace algunos artículos, que el monolítico concepto de "agrupación de todas las potencialidades de un país", véase desde sus aspectos económicos, científicos, técnicos, de fuerza militar, etcétera, debe de ser, ante los hechos, "desgajado" en algunas de sus partes.

Mas, hay dos partes que deben primar. Por un lado la lícita competencia, que sería algo así como un seguro hacia el progreso futuro. Y por otro lado, la seguridad mundial en lo que respecta al antídoto contra la "autodestrucción de la humanidad". Y estamos hablando de un problema muy serio, ya expresado en los artículos anteriores, que no quisiera repetir más.


La "quiebra", si pudiéramos llamarla así, del comportamiento de las naciones respecto al Poder, significa la partición de ese omnímodo Poder, como contrapunto al peligro de autodestrucción global del mundo. En otras palabras, al mayor peligro que conlleva el aumento incontrolado del poder de destrucción, mayor debe de ser el Control, en detrimento de la soberanía, a ese respecto, de las naciones de forma individual... Y aquí si debe entrar la tan "cacareada" globalización; sí, montada sobre el "necesario Control" del "abigarrado armamento" proporcionado por la Tecnología... Y no hay excepciones en cuanto a la potencia de las naciones implicadas, y no solo de naciones, sino también, de grupo terroristas, y hasta poderes fácticos representados por elites o magnates del sector privado.

La creación de este "SupraControl" supranacional es tarea urgente, sobre todo, como dije, de las grandes potencias mundiales: ¡De qué vale manifestar la hegemonía sobre un desierto de cadáveres! ¡La nación más fuerte debe de ser la más respetuosa al respecto porque, precisamente, es la que tiene más que perder, aunque perdamos todos!

El "SupraControl" debe poseer, con carácter autónomo, los medios necesarios para imponer ese Control a todos, dentro del "restringido" ámbito que se le asigne. Y los medios deben de ser proporcionados por las naciones, de acuerdo a su potencial global.

Esta verdadera "globalización", totalmente "necesaria", y veremos si "suficiente", debe de ser objeto de pacto entre todos los grandes países, y aquí no puede haber excepciones, y debe partir de organismos, en cierta forma, parecidos a Naciones Unidas.

Claro está, la asignación de fuerzas al "SuperControl", debe ir acompañada de una merma proporcional de las fuerzas destructoras individuales de cada nación... ¡No hagamos trampas al solitario!

En resumen: ¡Hay que controlar el potencial autodestructivo de la humanidad!

domingo, 25 de abril de 2021

Control del Poder "autodestructivo" de la humanidad

Estoy procediendo a un somero análisis del "poder autodestructivo" del género humano, con el fin de intentar dar unas pautas para el posible control del mismo... ¡Nos va la vida en ello! (Los dos últimos artículos de este Blog "elimperiodelaverdad" están dedicados a ello.)

Cierto que existen innumerables causas que podrían conducirnos a esa "autodestrucción" citada, de forma directa o indirecta, pero me ceñiré a las más evidentes, cuya negación sea harto contraproducente... ¡Es la única forma de que sean compartidas por todos!


Por supuesto que es un tema complejo, por lo que precisa de acotaciones claras que conduzcan indefectiblemente al objetivo perseguido: ¡el alejamiento en lo posible del peligro de "autodestrucción" de la humanidad!

Ya expresé que, seguramente la "paradoja de Fermi" respecto a la nula interrelación con civilizaciones técnicas extraterrestres, sería una prueba de la inexorable "autodestrucción" de las mismas al llegar a cierto nivel en su tecnología... ¡Este es el acicate para buscar controles que hagan menos probable tal aseveración!

Sé que es muy difícil convencer a los Estados sobre la necesidad de la asunción sin fisuras de las normas que debemos imponernos todos para llegar a ese efectivo control... pero yo me propongo ahondar en los principios básicos y claros en que se deben basar las mismas.

Conozco por mi preparación que la única forma de "ganar una guerra" es poniendo todas las potencialidades de la nación o estado a tal fin... La historia militar está llena de ejemplos clarividentes, de intromisión de otros factores en la toma de decisiones que desembocaron en fracaso... Por eso, como primera premisa, destaco que tal principio debe ser eludido, si queremos zafarnos de la "autodestrucción"; de ahí la afirmación de que el "peligro de autodestrucción humana" de la guerra en sí es tan alto en las circunstancias actuales que las naciones no pueden ni deben, sean estas quienes sean y con independencia de su potencia, embarcarse en una guerra... ¡Tal derecho debe ser anulado!

Es claro, pues, que debe haber un organismo supranacional que coarte de forma efectiva tal posibilidad, y ahí es donde, en mi opinión, hay que situar la verdadera "globalización".

Todas las naciones deben llegar al convencimiento de que la guerra no es lícita en ningún caso para la resolución de conflictos... Esto es una novedad, pues declara que "la guerra en ningún caso es justa"... precisamente por el exponencial peligro de "autodestrucción" humana... Las armas nucleares, químicas y biológicas son tan potentes hoy día que, consecuentemente, ello tiene una gran repercusión, aún en la "defensa propia" por parte de las naciones...

Dentro de los tratados entre las grandes potencias (China, EE.UU, Rusia, etcétera) contra la proliferación o anulación de armas nucleares estratégicas, etcétera... debe imponerse  su obligación no solo a sus propios Estados, sino a todos los demás.

Un acuerdo in extremis entre tales grandes potencias, con la única vista en la eliminación de la "autodestrucción", debe ser posible, urgente y completamente necesario. Por eso abogo, por un mínimo, estrictamente necesario, fuera de toda duda, que en base a un convencimiento pleno del objetivo común se imponga con carácter inmediato.

Lo anterior requiere la claridad en los planteamientos, sin derivaciones o alegaciones que en el fondo conducen de forma más o menos indirecta a la hegemonía de unas naciones sobre otras, o unos sectores sobre otros, pues esto último no es más que la pura competencia que debe seguir existiendo. (Lo que representa un acicate para el progreso, sin soslayar que no todo progreso puede ser moralmente permisible cuando afecta a valores íntimos de la personalidad humana.)

Si queremos tratados en pos de acercarnos claramente al fin perseguido, el control -sin fisuras- que se establezca, debe ser sobre aspectos evidentes, claros y acotados, es decir, suficientemente objetivos, a salvaguarda de subjetividades y variadas interpretaciones...

¡De una vez por todas que organismos supranacionales como la ONU, sean verdaderamente eficaces y necesarios!

(Seguiré con el tema en nuevos artículos)

sábado, 24 de abril de 2021

Análisis del Poder: ¡La utopía, ahora sí, necesaria!

 Continuando con el artículo anterior, "El Poder y la gobernanza mundial", ¡que no sean mis escritos los últimos de la perduración de la sensibilidad humana! ¡Ese afán podría ser superfluo!... De ahí la necesidad de expresar los temores que, como testimonio, acicate y luz se me ocurren en relación al Poder en general que podrían traernos el caos, y lo que es peor, el holocausto nuclear... Mas, son también muchos otros peligros los que se ciernen sobre nuestras cabezas: cambio climático, extinción de recursos, contaminación grave, pandemias, etcétera. Y para más inri, el Poder ha dado demasiadas muestras de tratar de aprovechar cualquier oportunidad para extender y ampliar su dominio; lo acabamos de ver con la pandemia actual, o con las variadas estrategias y maniobras de control de la globalización por parte de poderes fácticos como los de magnates poseedores de grandes fortunas.

Dentro de los peligros de autodestrucción humana, lo más perentorio, además de sobre lo que más podemos incidir como sociedad, es el control del Poder, lo que supone adquirir amplios conocimientos de geopolítica, del fenómeno del nacionalismo, y el desenmascaramiento de las citadas grandes fortunas, que una vez alcanzado el Capital, también sueñan con el poder político.



Aunque ya escribí en artículos precedentes sobre la necesidad de que la dirección de las comunidades sociales debería surgir de un "flujo" ascendente o un "impulso desde abajo (mucho más democrático que si parte desde las élites -desde arriba-), véase: "la utopía del gobierno universal", "Un nuevo orden, un nuevo mundo: ¡Más allá de la humanidad!", "¡Salvando a la criatura humana! Alegato en busca del hombre bueno!", "El flujo ascendente y sus derivaciones", "El segundo paso de la humanidad: las técnicas de contención", etcétera; no obstante, no es suficiente; se requiere de un Análisis mucho más profundo del Poder, para que sin disminuir demasiado su necesaria "efectividad", pueda ser posible el objetivo prioritario perseguido: ¡El alejamiento al máximo del peligro de autodestrucción de la humanidad! Dado que nos referimos a la humanidad en su conjunto, entramos de lleno y "de suyo" en la "globalización", ahora que no con los "visos" de lo que entendemos hoy día con tal concepto.

Y si alguna de las consecuencias del análisis pudieran ser relevantes y con potencialidad de prosperar, evidentemente, habría que buscar la forma de que tales conclusiones tuvieran una máxima difusión... En tal supuesto, considero que la confección de la obra que las pusiera en circulación, adolecería de la rémora de los problemas de edición añadidos, por ello tal vía prefiero subordinarla a la emisión de artículos que por su inmediatez considero más eficaces... ¡Como siempre habrá que esperar a la diosa fortuna!

Y hasta aquí en esta nueva entrega.

jueves, 22 de abril de 2021

El Poder y la gobernanza mundial: ¡Un hito en la civilización!

 No hace falta recurrir a las advertencias del antiguo Club de Roma, ni a las más recientes del "Doomsday Clock" o el "Reloj del Apocalipsis"... No es cuestión de dramatizar un asunto de sobra conocido por el público, y tan reiterativo que, quizás, como en el "cuento del lobo", acabe por inmunizar a la sociedad ante tales desastres.

Sí, debemos pasar por una cura de humildad, yo diría mejor, que de realidad: ¡el peligro es cierto y requiere no más dilación suicida!

Así que, ¿Cuál es el objetivo más perentorio de la humanidad?...


Se puede encarar el problema desde distintas vías, pero todas conducen a lo irremediable... ¡Hasta hay hipótesis que explican el "silencio paradójico descrito por Fermi" acerca de las civilizaciones extraterrestres, como consecuencia de la ineludible desaparición de toda civilización tecnológica por "autodestrucción"!

Sería, entonces, nuestra primaria obligación buscar un método efectivo de evitar tal catástrofe... ¡Nos va la vida en ello!

Tristemente, ¡tanto canto de sirenas sobre la desaparición de las "guerras en el orbe", o sobre la dilución de los cuatro jinetes del Apocalipsis (guerra, peste, hambre y muerte), no son más que un mito ante la realidad que nos rodea!

Y es que todo conduce a la perseverancia en tan triste destino... Mas, ¿no puede ser de otro modo?

Creo que estamos en un momento crucial... tanto que si las decisiones urgentes y en la dirección acertada no se producen, aquellos malos presagios cercenarán nuestro futuro sin remisión.

En mi opinión, la piedra de toque a la que hay que acudir, analizar y redefinir se refiere al Poder... Sí, al Poder con mayúsculas. La hegemonía mundial hoy, tiene tal trascendencia que nos jugamos (¡si tan solo fuera un juego!) no ya el ser o no ser particular de cada uno, sino la extinción, por siempre, de la propia humanidad.

Como decía un dirigente alemán no hace mucho tiempo: ¡La política ha llegado a ser tan importante que no podemos dejarla en manos de los políticos!; a lo que yo añadiría que ¡la misma guerra ha llegado a ser tan extraordinariamente peligrosa que no podemos dejarla en manos de las naciones!... ¡La "autodestrucción" es el efecto inmediato!

Y aquí entra de lleno la "globalización", sí, ¡la globalización bien entendida, aplicada sustancialmente al control del Poder, del poder de las naciones y los sectores hegemónicos, ante el objetivo perentorio del "alejamiento de la autodestrucción"!

En posteriores artículos, dada la enjundia del tema, desarrollaré más estas ideas.

martes, 20 de abril de 2021

El mundo de lo inaccesible. Independencia de las ideas respecto al yo

 Hemos de fijarnos en una cuestión que puede inducir a errores. Sabemos que tanto el "yo" como las diversas ideas-representación están "construidas" por el Ser, que para ello se vale del entendimiento, parte sustancial del "yo". Entonces, si el "yo" que no es más que otra idea-representación (aunque transcurrente), es capaz de "crear" realidad en ese proceso de transformación de la ideas en representación, parece que estas últimas deberían "estar gobernadas" en todo momento por ese "yo" que las ha hecho "reales"... Pues bien, no es el caso, ya que, aunque el "yo" participa en esa transformación de las ideas en representación, haciéndolas reales, ahí acaba su papel... Una vez en la memoria, las ideas hechas representación son independientes del "yo"... Lo que se da es una lucha de ideas (¿memes, tal vez?), por expresarse, por ocupar cada una de ellas el "nicho ecológico" que para ellas es la mente del individuo. Y la competencia alcanza al mismo "yo", aunque tenga este la preferencia... Quiero decir que los distraimientos, la falta de vigilancia del "yo", es aprovechada por las variadas ideas, eso sí, en competencia mutua, para ocupar el psiquismo, y gobernar la totalidad del cuerpo.


¡El "yo" es "creador" de la realidad, pero la realidad desea "expresarse" libremente!... Y esto, que en principio podría constituir un hándicap para el Ser, realmente es lo que ha hecho evolucionar a ese Ser, abrirse paso desde la Nada, construir su naturaleza desde un insignificante balbuceo, gracias, digo, a la libertad de la idea-representación, puesto que la creciente "reflexión" permitió la construcción del "yo"; y de los múltiples "yos" limitados del presente, se constituyó, entonces, la naturaleza del Ser eterno.

La diversificación o lucha de ideas en el psiquismo es lo que quedó, o mejor, fue el costo a pagar de aquella "autocreación". Mas es tiempo de que, después de haber pagado aquel peaje, sepamos ahora utilizar este mecanismo para potenciar aún más nuestra mente con vistas a una mayor unicidad, claridad y afianzamiento de nuestro Ser, en dirección a la aparición de una nueva criatura, el Ser creador, el Superhombre.

(De la obra del autor Superego)

Fin de la serie.

miércoles, 14 de abril de 2021

El mundo de lo inaccesible. Las ideas-representación gobiernan el cuerpo

 Vamos a analizar ahora una cuestión que considero importante por su significado e implicaciones.


Sabemos que la realidad está construida sobre los sucesos o acontecimientos, basados en gran parte en la acción del Ser. Ahora bien, esa acción puede ser interpretada de varias formas. Una puede ser la más clásica establecida como "comportamiento", o las respuestas (outputs) a ciertos inputs. Pero la acción puede consistir, también, en una "búsqueda de información", lo que supone una actitud activa; mas de igual forma puede consistir en la captación y memorización de esa información, algo más pasivo que en el caso anterior. En este último supuesto, puede considerarse a esta "grabación en la memoria" un verdadero "acontecimiento", una "construcción de la realidad". ¿Pero qué significa todo esto?... Sencillamente, la incorporación de las ideas (imágenes, conceptos, etcétera) a la realidad (de la memoria). ¡Este es el procedimiento que buscábamos, las ideas hechas realidad, hechas "representación"... Y este es el tipo de ideas que "mueven" el cuerpo, que accionan el cuerpo al entrar en el "psiquismo" de las criaturas vivientes.

Así que "el mirar por la ventana" construye la realidad de las ideas hechas representación. A partir de ahí las ideas tienen "entidad"; es como si tuvieran vida propia en los cerebros de las criaturas en que viven. La idea "empieza a sentir" y al mismo tiempo a "tener entendimiento": como todos los seres que "se hacen reales". Como ejemplo, el propio sujeto de la criatura viva (que no es más que una idea con sensación y entendimiento. Y hasta el yo, dotado ya de "reflexión", que le hace tener conciencia de sí mismo. La conciencia es una idea consciente de sí misma (consciente de su consciencia). Pero como siempre, las ideas obtienen su entidad o su energía a partir del cerebro de la criatura viva, como "representaciones" ya. Y esto incluye a todas las ideas que ocupan nuestros cerebros, el propio yo y el super yo; solo que el super yo tiene más que ver con el yo, como una especialización del mismo, en un movimiento de la voluntad de ese yo que "separa" el super yo del yo. Es algo subjetivo, dependiente de la actitud, de la creencia de ese yo. El super yo también obtiene su energía, su propia existencia, del yo, del psiquismo, al igual que cualquiera de las otras ideas que "habitan" en el cerebro.

O sea, vemos que el super yo, como cualquier otra idea-representación, es autónomo, y se crea a partir del propio cerebro (del yo, en el caso del super yo), sin que exista en ello ningún contrasentido ("La teoría del Psicoanálisis: vicisitudes de su evolución". http://www.aperturas.org/14rangell.html).

La importancia del super yo es básica, al menos en el caso del hombre, de ahí la conveniencia de que una vez conocido el mecanismo que lo produce, lo utilicemos en nuestro propio provecho (y no en contra nuestra). La vía es la potenciación del pensamiento positivo.

miércoles, 7 de abril de 2021

El mundo de lo inaccesible. El presente como proceso

 Se observa que todo parece estar preparado para la acción, para el acontecer, para que puedan producirse, pues, los sucesos y acontecimientos (y con ello la "creación" de la Realidad).


Y la acción es lo que da razón de ser al "presente". El presente sería la "unidad de tiempo" precisa para la realización de la acción, es decir, algo no preciso, variable como tiempo (puede "durar" más o menos, de acuerdo con el tipo y complejidad de la acción). De tal modo que así podría definirse el presente, y entonces, también, la flecha del tiempo, pasado-presente-futuro. El pasado sería el tiempo correspondiente de las acciones ya realizadas (ya reales); el futuro adopta la forma de una posibilidad, una potencia que hace posible que puedan seguir construyéndose nuevas realidades (pero el futuro podría quedar "totalmente cercenado" -fin del mundo), y el "tiempo de presentes" paralelo a los subsiguientes acontecimientos, sería el tiempo del futuro.

Y como el presente "acompaña" a la acción, que es un proceso, el presente tampoco es "puntual", queda "difuminado" en un intervalo variable de tiempo (de tiempo físico -dimensión temporal). Por consiguiente, para que pueda realizarse la acción debe existir la dimensión tiempo, necesaria para definir y enmarcar el presente. Pero si no existiesen otras dimensiones, solamente podría realizarse un suceso o acontecimiento en cada presente, es decir, durante un intervalo determinado de tiempo. Entonces no habría "imbricación", relación entre distintos elementos, entre distintos seres, y por tanto, no habría evolución de ellos. (Para dicha evolución son precisas las relaciones entre los seres para que pueda tener lugar esa "lucha" por la supervivencia que refleja la evolución.)

Es necesario, pues, un mecanismo para que puedan existir a la vez varios acontecimientos. El modo de que esto suceda es separándolos de forma que puedan diferenciarse unos de otros (sean, así, distintos), aún cuando no puedan tener relación entre ellos. Tal circunstancia se resuelve con la existencia de más dimensiones: las espaciales. Gracias a ellas pueden acontecer a la vez sucesos distintos en el mismo tiempo, localizados en distintos lugares. Y de igual forma pueden existir en el mismo espacio sucesos distintos a lo largo de diferentes tiempos, con o sin relación entre ellos.

De lo anterior se deduce que espacio y tiempo son totalmente necesarios para el desarrollo de la acción. (Lo que posibilita la existencia de relaciones "lógicas" y la inexistencia de paradojas entre los sucesos correspondientes.) El mundo físico (o la "realidad") es completamente necesario para que el Ser pueda desarrollar su acción. Al principio sabemos que esta acción del Ser se limita, simplemente, a mirar hacia afuera "por la ventana", abriéndose al mundo y "abriendo", a su vez, el mundo (al crear la realidad). La ventana, pues, del Ser para interrelacionarse con otros seres, evolucionar y desarrollar su naturaleza, es el mundo físico.

Vemos, entonces, que tal mundo físico es tan solo un mecanismo, la "llave" para la interconexión de los seres; pero este mecanismo o medio no tiene por qué encerrar en sí la totalidad del Ser, que se escapa, obviamente, a este mundo de interconexión. Sí, es cierto que la representación, la realidad como presencia en el mundo físico del Ser es ese "yo", pero es tan solo la parte "visible" de un iceberg más profundo que se extiende también en otro mundo, el del verdadero Ser (atisbado, por ejemplo, en la meditación budista). Y la voluntad del Ser posiblemente se esconda (en cuanto trasfondo unitario al asumir su naturaleza atemporal y aespacial), o tenga su residencia en ese mundo adimensional propio. De esta forma, la voluntad ejercerá su dominio en cada actuación -con todo lo mediatizada que esté esa acción por las circunstancias del yo (léase deseos, sentimientos, excitación, etcétera) en cada presente. Y la acción y la retroacción marcan su huella desde cada suceso espaciotemporal en ese mundo de lo inaccesible (adimensional), en la naturaleza propia de cada Ser que por su unicidad, queda moldeada por todas las improntas de esas huellas desde el nacimiento, hasta su desaparición de este mundo físico. Hay que diferenciar, pues, sensaciones del momento de cada presente y sentimientos íntimos de asunción de la propia naturaleza del Ser en su más profunda intimidad.

(De la obra del autor Superego)

jueves, 1 de abril de 2021

El mundo de lo inaccesible. La construcción del yo "real"

El planteamiento meditativo" budista" nos lleva a efectuar un enfoque completamente contrario al habitual que habíamos utilizado hasta ahora, basado en el pensamiento científico occidental, y que va de lo particular a lo general, a veces mediante síntesis. De esta forma habíamos llegado al Espíritu.

Ahora será al revés, desde el Espíritu, al que llegamos a partir de la meditación, hasta lo particular.


 Con independencia, algo tan fructífero como el pensamiento de Zubiri sobre la realidad puede darnos la clave de un entendimiento muchísimo más profundo del enlace y la conexión entre ciencia, filosofía y religión.

Y es que parece que el Espíritu (el Ser) a través de la voluntad (en el fondo una voluntad atemporal "profunda" del Ser) es capaz de "crear" la Realidad (por medio, por supuesto, del "suceso" o acontecimiento), hasta la misma realidad de su "yo". ¿Pero qué es esa realidad del yo?... Es "aparecer en el momento presente con capacidad de acción" (Potencia). Es  decir, incorporarse al universo dentro de unas coordenadas de espacio y tiempo precisas, que capacitan para influenciar en el mismo, o sea, "provocar" sucesos o acontecimientos (historia) que son la propia definición de la realidad.

Claro que la vida va levantándose al principio de forma leve, "difusa". Parece ser que el Ser al "entrar" en el universo de las leyes físicas, se "divide" en dos elementos básicos: información y sentimiento. Empieza a sentir y empieza a entender. (Antes el Ser no estaba sujeto a movimiento -variabilidad-: era el Ser unitario e incólume y su "entendimiento" era pura clarividencia.) El efecto de la fase creativa, o universo material es la disgregación en entendimiento-sentimiento (información-sensación).

Por consiguiente, el ser vivo nada más nacer "siente" y puede "mirar a través de la ventana" (recibe "inputs"), lo que le da noticia de lo que posteriormente reconocerá como "lo externo a él" (un principio de información). La disociación (o dualismo) entre sujeto y objeto es el principio de la información, el entendimiento y la futura consciencia.

Y todo ello hace posible la "autocreación" del Ser y su propia evolución. Además, gracias a este entendimiento e inevitablemente aparece la acción, acaece el "suceso" o acontecimiento, en definitiva empieza a "construirse" la realidad. La realidad es creada por el Ser (por lo menos, particularmente por el hombre), pero los acontecimientos en el "mundo físico" siempre existen aunque tan solo y únicamente existiese el más ciego azar. O sea, la realidad es consustancial al universo material. (¿Quizás como "sucesos" implementados por ese Ser Supremo con su suma omnipotencia?). Pero también los otros seres más pequeños (nosotros), como vemos, "construyen la realidad": son copartícipes de esta creación.

El Ser "actúa" en el mundo exterior, hasta que la creciente reflexión le hace "actuar sobre sí mismo", con lo que los aconteceres se "realizan" sobre sí: "se va construyendo". Es decir, se va creando el propio yo, constituido esencialmente de fe y creencias, y por retroacción de "acontecimientos" sobre la propia naturaleza, de autoafirmación, de asunción de esa propia naturaleza. En el origen de todo parece estar la voluntad.

También, se diría que es la "mente" la mediadora o la intercesora del Ser con la realidad presente del ser vivo. Es el "campo psíquico" la expresión de la materia "portadora" de un Ser. El "aglutinante" llamado campo psíquico (con sus deseos, sensaciones, consciencia y voluntad) es la "expresión en la materia" del Ser, y va a caballo del llamado "yo" (como punta del iceberg representado por el inconsciente).

Pero el acontecer (los sucesos producidos) sobre sí mismo en la "construcción del yo", del campo psíquico, tiene una dirección hacia la profundidad del Ser (inaccesible para "lo otro"), es decir, hacia el subjetivismo, así que estos "sucesos especiales e íntimos del propio Ser" pertenecen a él mismo, no a los otros seres. Mas también son "realidad" (pues son "sucesos" producidos por la acción de un Ser) y como tal, universales para todos lo seres. Ahora bien, éstos son la "autoconstrucción" o "autocreación" del propio yo. El "yo", entonces, queda construido sobre los firmes cimientos de la realidad. El subjetivismo de su construcción no es menos real que la pura objetividad de la Ciencia.

Pero esa variabilidad del yo, con sus continuos movimientos de deseos, sentimientos y niveles de conciencia, no significa falta de sustantividad, sino que es el resultado de la incorporación del movimiento, al igual que le ocurre a la pura materia. No es, pues, un espejismo ese yo, como propugna el budismo. Es una realidad fehaciente pero variable. Simplemente la amplitud de la consciencia que facilita la meditación budista nos descubre ese otro "yo profundo" que representa el verdadero Ser (atemporal), la verdadera naturaleza del Ser.

Mas la realidad como tal no es la de este último Ser. La realidad es la del universo físico material, en la que está inmerso nuestro pequeño "yo" del presente (o de la acción -precisamente sobre ese mundo material). Esa es la verdadera y única realidad, de forma que los acontecimientos del mundo son lo único y sustancial de esa realidad, acontecimientos hijos de esta acción del pequeño "yo" del presente de los seres (también del azar).

(De la obra del autor Superego)

MATERIA Y CONSCIENCIA

  El universo de Alejandro Álvarez Silva. Parte   I. Observador del "Hecho Consumado" . Parte  II . Idealismo analítico. Parte III...