sábado, 26 de octubre de 2013

PURA FILOSOFÍA (II). -Alejandro Álvarez Silva-


"Resulta paradójico llegar al resultado completamente opuesto al que postulaba el materialismo, que creía que todo era materia, por lo que no habría lugar para ningún "alma" o ente inmaterial o espiritual.

Ocurre todo lo contrario, pues la materia es "realidad" y la realidad "sólo la crean" los seres (he dejado en entredicho la posible "acción" del azar en la "creación" de la realidad, desde la presunción de la necesaria existencia de un "observador" para la reducción cuántica R), criaturas del infinito, fuera de las dimensiones ordinarias de espacio y tiempo."

"Si no hubiera seres (entendido, en cualquier instante del tiempo) no habría realidad, aunque sí un universo de probabilidades U. Pero la materia, que tanto se sobrevaloraba, necesita de la reducción cuántica R (no es hora de contrarrestar las diferentes versiones sobre el "hecho" cuántico), para lo cual se precisan "observadores", seres "conscientes" de ello, de los sucesos o acontecimientos, lo que representa, queriendo o sin querer, una acción."

"Lo característico del sujeto "yo" es que es consciente de su propia consciencia, que es la definición de conciencia".

"Podríamos decir que el "yo" es un sujeto hecho realidad, un sujeto en sí y para sí. El para sí es lo que hace al sujeto "yo".

"El sujeto lo es de una acción, podríamos decir que pertenece a esa acción, pero no a sí mismo. El "yo" es sujeto de una acción, pero "no pertenece" a esa acción, sino a sí mismo."

"La realidad "yo" es una realidad distinta, porque es una realidad que se pertenece a sí misma, y esa pertenencia significa libertad y voluntad (algo ajeno a la materia), y sobre todo sentimiento íntimo o interno. Ahora bien, todo ser dotado de vida posee también sentimiento y libertad, por definición (enunciada en obras anteriores de este autor) sentimiento-representación (información). La materia más básica, en sí no es un ser, pero sí hay muchos seres que "la habitan", sin que lleguen a ser "yos", es decir, sean conscientes de su consciencia (conciencia)."

"La Criatura Suprema no tiene un plan general o "instrucción general" que deban cumplir cada uno de los seres que componen la multidiversidad de su Unidad... No creo que en verdad se conduzcan así los acontecimientos. Se me antoja que la participación de los seres en el acervo común que representa la Unidad Múltiple, es más básica de lo que podríamos pensar en un principio."

"Cada Ser construye o "crea" realidad a partir de sí mismo, por su propia voluntad en el ejercicio de su libertad. Es una creación propia que, en cuanto se acerca (tiene la "profundidad" suficiente) al "Espíritu" divino, participa en la formidable empresa de la Unidad Múltiple. Pero quien la construye es la libertad de cada uno de los seres. El "azar" abre un amplio abanico de posibilidades que tienen que ser "reducidas" en forma de realidad (R), por cada uno de los seres en el ejercicio de su propia libertad, sin estar "coaccionados" por ninguna voluntad "de otro ser superior", incluida la propia Criatura Suprema. Cada Ser sería, pues, un creador, un dios (no opuesto a ningún otro, sino "colaborando" con todos). Cada uno de nosostros somos unos "pequeños dioses", unos "verdaderos superhombres" al estilo nietzschiano, que marcan sus propios designios...

Y a la muerte física, no desembocamos en la "nada", perdiendo nuestra individualidad, sino todo lo contrario, nos hacemos dioses dentro de la Unidad Múltiple. Los detalles precisos de la constitución de tal "divinidad"... ¡se nos escapan!, o por falta de información, o, lo más seguro, por ser algo inaccesible a nuestras limitadas inteligencias... Además, con mucha probabilidad, sólo la vida meditativa podrá proporcionarnos la intuición suficiente, o la clarividencia necesaria para acercarnos algo a tal incógnita."

("Filosofía perenne: en busca del Paradigma")

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