viernes, 27 de marzo de 2020

La convulsión del coronavirus


¡Nada será igual!... ¿2008?... ¡Peor!

Entró el enemigo de forma solapada, sin anunciar demasiado su visita... como esta primavera, que ahora sí, "La primavera ha venido y nadie sabe como ha sido"... ¡Qué poco entusiasmo ha suscitado, esta vez, a su llegada!

Pero igual que la aparición del coronavirus fue poco perceptible en un principio, su retirada, si se produce, será espectacular, no por sí mismo, sino por las huellas que dejará, ya que ¡nada será igual!... ¿La crisis de 2008?... Fue dura, pero solo económica, y por ende, social... Ahora, las dos cosas y además sanitaria, con una incidencia tremenda en la salud y sus consecuentes decesos...

Es que, además, parece que se van rompiendo todos los consensos, todas las estructuras que nos habíamos dado; volver a los millones de parados no es lo menor, pero no acaba aquí, sino que toda la estructura económica, sus modelos, va a saltar por los aires. Ya el cambio climático sirvió de advertencia, para indicarnos que el entramado social y su modelo económico había que cambiarlo... La polución, tanto atmosférica como en el entorno terrestre invadido por los omnipresentes microplásticos, entre otros, obligaban a un cambio radical de vida, tanto en Oriente como en Occidente... Y el colmo, o la puntilla ha venido a lomos de la pandemia: el coronavirus nos ha abierto los ojos de forma abrupta... El choque de intereses, la insolidaridad se ha presentado en el corazón de la Unión Europea, avisada hace nada por el Brexit, que puede ser el principio de su final... ¡si no nos ponemos las pilas, todos cedemos y luchamos por su continuidad!

Lo que está claro es que en dos o tres meses, allá por el verano de este año, ¡nada será igual!... Los problemas de la deuda en los países del sur de Europa (Italia, España, Grecia) les cogen con poco margen de maniobra, y si a ello sumamos las "ensoñaciones" de algunos partidos como Podemos, que no sé dónde van a encontrar a esos "ricos" que paguen sus "elucubraciones" económicas (a no ser que su táctica sea la de los revolucionarios comunistas, "cuanto peor, mejor"), el horizonte inmediato es de lo más negro: se rescinden los viajes en todo el mundo, con su tremenda incidencia en países cuya principal "industria" es el turismo; se necesita un cambio estructural profundo en sus sistemas económicos; se adolece de un atraso en investigación científica y técnica más que palpable...

Justamente, cuando se necesitaba un gobierno con gran preparación para abordar el mayor problema que se ha presentado en España en los últimos cuarenta años, tenemos un gobierno confeccionado, precisamente, para "ganar elecciones", con un cariz político sectarista, que es lo menos indicado en los momentos presentes y cuya falta de eficacia se evidencia diariamente, con consecuencias trágicas tanto para las personas como para la economía... ¡Una encrucijada que no sé si, ahora, ni un "pacto de la Moncloa" podría ya atajar!

El Covid-19 llegó, como dije, sin muchos aspavientos, pero su despedida, si así sucede, después de la tremenda convulsión que ha producido, cambiará el mundo... ¡ya nada será igual!

(Una pequeña esperanza: ¿Un gobierno universal?... Leer el artículo anterior del Blog: "Gobernanza mundial")

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