viernes, 3 de abril de 2020

Cordura


Era complicado... Tenía que buscar la letra de las canciones (la música, más o menos, creía saberla), pues el próximo domingo -nada menos- tenía que dar un pequeño concierto en un local amigo... ¡Pero era viernes y aún  no lo había hecho!... ¡Vaya ensayos!... ¡Qué locura!

Gracias a Dios me desperté y salí del apuro... ¡Cómo cosas que parecen tan reales "se deshacen como un castillo de naipes!... Este es el efecto de "duermevela"... Y no es que no se analizaran (aún en sueños) los pros y contras -según el "adormecido"-. Sí, pero es necesario otro "nivel" de consciencia... Yo digo que es "el baño de cordura" que nos da la "vigilia"... La vigilia es esto; "nos introduce en la realidad"... definiendo la realidad como el nivel consciente preciso para desenvolvernos en la vida, para que los sentidos sean los más "efectivos posibles" en cuanto a la supervivencia. Y no hablo de "suenos lúcidos", área afanosamente buscada en la actualidad, dado su interés en cuanto a la "creatividad", y otros pretendidos beneficios...

Y ya que he entrado en el tema, no voy a dejar pasar la oportunidad de relatar un sueño reiterativo durante ciertos pasajes de mi vida... Me acuerdo que, nada más dormirme me sentía flotando... pero a pocos centímetros -normalmente- del suelo: ¡era como si en vez de andar, me desplazara en el aire, que para mí, entonces, era lo más fácil, sin esfuerzo alguno... ¡Y le cogí el gusto, pues nada más caer en brazos de Morfeo, me ocurría!... ¿Me movería él?... ¡Es broma!

Otras veces, no solo flotaba a pocos centímetros del suelo, sino que, como un antepasado simio, buscaba palos, salientes, etcétera, para agarrarme y desplazarme por el aire a gran velocidad... ¡También fue tal matiz, ciertamente recurrente por algún tiempo!... Espero no dar motivos a los psicólogos para clasificarme dentro de los "maniáticos de grandeza"...

Y hasta aquí tales sueños... Vuelvo a coger el hilo del artículo... ¿La cordura consiste en franquear el muro que separa la vigilia del sueño?... Seguramente es una gran simplificación, pero daría razón de los desvaríos de un personaje tan popular como "Don Quijote de la Mancha", donde ficción y realidad se entreveran a lo largo de sus ocurrentes "fechorías"...

Pero, si la falta de cordura es locura, esta "manía" de los sabios me recuerda aquella obra de Erasmo: "Elogio de la locura".

Y para terminar: A veces esa "entrada en la cordura" no es tan plácida como el "transfronterizo" sueño, que por momentos puede ser un "refugio", según qué circunstancias...

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