viernes, 22 de enero de 2021

"Interioridad" del Ser y el origen de su libertad

Voy a poner un ejemplo que nos lleve a hacer comprender en qué consiste el "impulso" vital origen de la evolución. 


Simplificaremos. Adoptemos un modelo teórico en el que solo existen, digamos, 100 inputs o entradas que controlan totalmente un sistema al que llamaremos "entorno". No existe, entonces, ninguna otra capacidad de "influencia" sobre tal sistema, es decir, que no sean esas 100 entradas citadas, y toda configuración o subsistema que se dé dentro de tal entorno es obra de las mismas y agota, pues, el 100%  de posibilidades, es decir, de posibles resultados dentro del entorno... El modelo edificado por el experimentador y creador de tal modelo comprende, por consiguiente, todas las influencias (inputs) y resultados posibles que se den en el entorno.

Si solo pudiéramos manipular 70 de esos inputs, ya no nos encontraríamos con todos los subsistemas anteriores, sino con solo los construidos como máximo con esas 70 entradas; por ello las clasificaremos con el nivel del entorno que designaremos como del 70%. De igual forma, lo mismo con solo 50 inputs que correspondería en el entorno, usando la misma nomenclatura, con el nivel 50%.  Y por simplicidad, solo definiré los niveles correspondientes a las entradas: 100, 90, 70, 50, 30, 10 y 0. La brevedad es una virtud y el modelo no necesita más.

Ahora y mentalmente, concentrémonos en el inverso del modelo anterior. Si los resultados (subsistemas) del entorno están situados en el nivel 10%, resultados correspondientes a las 10 entradas, habría que preguntarse, ¿cómo, espontáneamente, el sistema puede pasar al nivel 20% (se supone que sin intervención de otro agente externo como el citado experimentador)?... Tenemos el ejemplo de un robot, aplicación de la Inteligencia artificial (IA), que podemos dotarlo de capacidad de "aprendizaje autónomo"... Así, por esta capacidad de aprendizaje, y por puro azar (por tanto, sin influencia externa), sí podría llegarse a ese siguiente nivel en orden creciente, el 20%. Claro está, hemos hecho intervenir el azar, algo que cada vez se va haciendo más improbable para alcanzar los siguientes niveles del 30, 50, 70, 90 y 100 por ciento... Y si, además, el número de entradas del sistema en vez de 100 inputs, fuese muchísimo mayor, como ocurre en la naturaleza, la probabilidad de alcanzar los niveles crecientes serían no más de un infinitésimo que requeriría un tiempo tan extraordinariamente largo, que está fuera, con creces, de lo observado en el universo...

No obstante, se nos podría seguir objetando que un programa de "aprendizaje autónomo" muy elaborado podría ser capaz de llegar al nivel 100%, pero fijémonos en lo que estamos diciendo: el programa de aprendizaje de IA al que me estoy refiriendo requiere, sí o sí, que el creador del mismo sea capaz de concebir hacia donde nos estamos dirigiendo, en otras palabras, un conocimiento previo de esos 100 inputs del modelo inicialmente citado, lo que supone que el experimentador, creador del programa de aprendizaje, es quien en verdad, aunque en diferido, "crea" todo el sistema (la sucesión de niveles), por lo que no hay en absoluto "autonomía" por parte del la semilla inicial que establecimos en el nivel del 10%, para evolucionar a los niveles superiores.

Imaginemos, pues, lo que ocurre en el entorno del complicado sistema que es la propia naturaleza: desde ese nivel 0 que podríamos asimilar a la materia inerte (inicial), por sí sola, por mucho que la IA y los diseñadores de robots, nos quieran convencer de lo contrario, nunca se podrían haber alcanzado los diversos niveles de complejidad que representan los seres vivos de la misma. (¿En eso consiste la ausencia de "mente" en los robots, a la que se refiere la propia IA?)

Solo puede concebirse que debería haber existido una "Potencia exterior" al sistema que hubiera dirigido la evolución en tal sentido... pero, esto es algo que los mismos defensores de la evolución han desechado... Solo queda, pues, una posibilidad, la existencia de un "impulso interno" en el propio ser vivo que impulse tal evolución... , es decir, la "autonomía" en la que radica la "libertad" del ser vivo, y que con su actividad le permite evolucionar el mismo, "crearse en cierto modo"... Yo lo definí con estas palabras: ¡El ser es libre solo y únicamente porque se crea a sí mismo!

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