jueves, 1 de octubre de 2020

Mágico futuro y futuro transversal


 

¿A qué me refiero?... El futuro es una parte más del tiempo y como las otras partes (presente y pasado), tiene sus propias características... El futuro puede ser relativo de acuerdo con la teoría relativista, de forma que un futuro puede ser en otro sistema, pasado y hasta presente (simultáneo). Claro está, en sistemas inerciales distintos, de forma que la distancia produce estas aparentes paradojas, que no son tal... Sin embargo, en el mundo cuántico el futuro sí es un absoluto, de ahí la dificultad (hasta ahora imposibilidad) de aunar en una misma teoría relatividad y cuántica.

Pero no me refiero aquí a este tiempo al que podemos denominar físico... La distinción que voy a hacer sobre el futuro ahora, nace de mis propias sensaciones: para mí y como criatura, como ser pensante, el futuro es una "entelequia" bastante distinta de la descrita antes... De cualquier forma, sabemos que el tiempo, psicológicamente, discurre para una misma persona, según las circunstancias y el momento, lenta o rápidamente... Pues bien, tampoco a ello me refiero en el presente artículo.

Reconozco que es una visión "sui generis", que las musas (mi sentimiento interno) me comunicaron esta misma mañana...

Creo que hay un futuro, que por su carácter "predictivo" y por razones de semejanza, he llamado "transversal", en base a que, en cierto modo, puede predecirse, observando el presente o la actualidad de otras sociedades distintas de la propia, pero con diferentes niveles de desarrollo y parecida idiosincrasia; viendo la evolución de nuestra propia sociedad, otras parecidas y con un nivel de desarrollo menor, con el tiempo (futuro), pueden "asemejarse" a nuestra propia sociedad actual. O sea, a ese futuro (el de aquellas sociedades) pueden aplicarse criterios de predictibilidad basados en la semejanza... Lo mismo podría decirse de un individuo en particular dentro de la misma sociedad, entre biografías pasadas parecidas...

Esto entra de lleno en los cálculos que realizan los Estados, las Compañías y los distintos estamentos para la elaboración de sus presupuestos, etcétera, es decir, aquí el futuro se basa en el análisis de las tendencias (futurología). Como las predicciones tienen origen en las tendencias del presente (análisis de los distintos niveles de desarrollo de las sociedades actuales) por un lado, y en el pasado histórico reciente o a más largo plazo, por otro, de alguna forma, el presente y el pasado "colaboran" en la predicción. Esa "transversalidad" temporal, es la base de la denominación que he elegido: "futuro transversal".

Pues bien, para mí ese futuro, tan práctico para el mantenimiento de la propia posición material, imprescindible como sustento de la vida, no es el más importante... Añado que, seguramente esto tenga que ver con tener, más o menos, satisfechas hoy las necesidades más perentorias, teniendo en cuenta mi edad -la plena madurez quedó un tanto atrás. (Sí creo que mi edad, al respecto, es un factor básico: algunos dirían que ya "estoy más cerca de los de allá -conocidos fenecidos- que de los de acá", de los que se fueron, que dada día son más, de los que hoy están vivos.)

El caso es que ahora "percibo" con mucha más nitidez ese otro futuro, que como dijo el "mesías" hace más de 2.000 años "no es de este mundo"...

Me preocupa hoy mucho más (por cierto, tal preocupación no puede evitar lo inevitable), ese otro futuro que se extiende más allá del óbito: irreal, ¿tal vez?,... para unos inexistente, para el religioso, esperanzador... Dos razones en apariencia opuestas, pero que en el fondo, si se sabe ver, dentro de su misterio, con un mismo halo de "positividad"...

Es claro que la fe mueve al religioso en su convencimiento, pero no es menos cierto que aún en la negación de los agnósticos, ateos o negacionistas puros, esa "nada" que proponen, bajo la batuta del sabio Lao Tsé ("nacer es llegar, morir es volver") sería, en todo caso, un regreso al Tao (la "Nada" original), descansando en el propio principio origen del universo: esa pertenencia al Tao después del óbito es motivo suficiente para la esperanza... La Nada, a semejanza del mundo cuántico, que lo es todo, no es la "negrura" del vacío, sino que está muy lleno de partículas "virtuales"...

Y ahí, en ese "reservorio de esperanza", ese después de nuestro tiempo físico, nuestra historia personal "material", la críptica magia del futuro se esconde: ¡Es el mágico futuro (*) que hoy me trasciende y enamora! 

(*) (¿Concomitancias con el "instinto de muerte" freudiano?)


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