martes, 28 de julio de 2020

Metafísica de los grises


La "Metafísica" de Aristóteles... ¡un afán de abarcar el mundo desde los primeros principios!... Loable intento avalado por los siglos que la mantuvieron vigente...

Por supuesto, ¡ha llovido mucho desde entonces!... pero, no es justificable el abandono contemporáneo de este estilo, a saber, la forma de abordar los asuntos que realmente siempre han interesado al espíritu humano...

Yo reivindico volver a las fuentes, los orígenes, la búsqueda de certezas que aunque, ahora sí, son siempre relativas, muestran de cualquier modo el ansia de satisfacción, aún en el plan teórico, un tanto abstracto pero sublime, del alimento que necesita el alma humana...

Claro que el absoluto que perseguía Aristóteles, ahora se haya ampliamente rebasado, sobre todo ante el empuje de una ciencia que en su época estaba en ciernes pero que actualmente, para mí injustamente, ocupa y desplaza prácticamente a la religión... Ni una cosa, ni otra; aunque la balanza se desplace contundentemente a favor del paradigma científico, la necesidad de las ideas estoicas, platónicas de amplio alcance, por necesarias deben volver a ocupar un lugar mucho más justo que en el que hoy se las sitúa...

No hace falta recordar que el mundo no es el de la dicotomía blanco-negro, sino que los grises son mucho más prevalecientes... El blanco de la metafísica de Aristóteles, de los dogmas religiosos establecidos por los libros sagrados, necesita, sí, de una gran revisión... pero no hasta el punto (lo negro) de ser sustituidos avasalladoramente por una ciencia cuyas hipótesis, con cierta frecuencia son nuevos dogmas de fe...

Reivindico y me "apunto", entonces, a la "metafísica de los grises", en la que todo no es blanco o negro, sino que posee multitud de matices.

Claro que al abordar el tema teológico, el concepto de Dios se nos escapa, al igual y salvando los años que nos separan, que le ocurrió a San Agustín...

Y no es raro, sino consecuente con lo que sabemos hoy, a ciencia cierta, sobre el universo, desde todos los ángulos, y donde la ciencia tiene y debe ser el soporte de toda especulación...

Es tan grande el asombroso mundo en el que vivimos, que la fuerza creadora del mismo o, sin ninguna especulación, la sola realidad de su existencia con su complejidad, su escala cuantitativa desde lo ínfimo a lo colosal astronómico, el tejido espacio-temporal relativista, el cuántico submundo de lo pequeño y también lo grande con sus fantásticas propiedades del multiestado, el entrelazamiento, etcétera, etcétera, nos deja absortos, sorprendidos... y la tremenda incógnita de la vida con lo que conlleva (sentimientos, conciencia...), necesita una nueva metafísica que de alguna forma nos conforte, ya que la propia ciencia, por su idiosincrasia (hipótesis, prueba y error) es incapaz de proporcionarnos ese "alimento" espiritual, esencial, del que antes se nutría el espíritu humano...

La necesitamos: ¡la metafísica de los grises!

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