jueves, 9 de febrero de 2023

Una humanidad sin futuro, excepto... si elegimos el difícil camino de lo virtuoso

 Todo parece avocarnos al caos y la destrucción: ¡el suicidio colectivo de la civilización humana es el destino más previsible, que hasta la IA (Inteligencia Artificial) acierta a prever!

Para la IA casi la única posibilidad de torcer tal previsión sería el aumento significativo de eutanasias para reducir en mucho la población mayor o anciana del planeta, a la vez que reducir de forma drástica los nacimientos.

El sin fin de problemas acuciantes que nos rodean como civilización no para de aumentar: las consabidas pandemias, el holocausto nuclear, etcétera.

El llamado "Reloj del fin del mundo" apunta sus agujas muchísimo más cerca de las 12 (el Apocalipsis). Las causas: solo hace falta oír los telediarios (el surgimiento de nuevas guerras, aumento de la tecnología militar -misiles hipersónicos, aumento de cabezas nucleares, etcétera-, terrorismo, hambrunas, etcétera, etcétera).



La tecnología, algo que en sí debería actuar en beneficio de la humanidad, del individuo, se comporta totalmente al contrario, pues los poderes son los más interesados en utilizar sus enormes posibilidades, haciendo que cada vez sea mayor la brecha entre el individuo, la ciudadanía y los poderes que les controlan. Consecuencia: las autocracias van en aumento, en contra de los poderes democráticos, de las Constituciones y de las Leyes que defendían los Derechos Humanos consagrados por la ONU... Parece que damos pasos hacia atrás, y el ciudadano ante esto, cada vez está más alarmado.

Todas las reuniones que se realizan con carácter mundial para tratar de limitar las armas de destrucción masiva, etcétera, se quedan prácticamente en el papel, pues quien gasta ingentes recursos para asegurar su primacía, no puede "tirar por la borda" alegremente los mismos... ¡Solo habría un cambio si hubiese una objetiva amenaza externa a todo el planeta (teórica invasión alienígena, impacto previsto de un gran meteorito, o causas semejantes)!

Estudiando todas las posibilidades, la tecnología actual conduce inevitablemente a la pérdida del poder individual de cada persona, que solo puede desembocar en el caos y la destrucción... Como se ha apuntado en repetidas ocasiones, quizás la paradoja del "silencio extraterrestre" no sea más que la triste comprobación del poder de autodestrucción de cada civilización existente en el universo al llegar a un nivel de desarrollo determinado.

¿Estamos nosotros, como civilización humana, llegando a ese extremo?

Para que se incumpla tan pesimista previsión, debemos cambiar drásticamente el rumbo: ¡Hay que supeditar de forma fehaciente la tecnología al humanismo que, indudablemente, atesoramos en nuestro interior!

Todo parece desviarnos de tal sendero, por eso caos y destrucción es nuestro más previsible y no muy dilatado futuro... excepto si elegimos el camino más difícil que conduce al comportamiento más virtuoso: el que supone lo más noble y sensible de nuestra espiritualidad, de nuestro más hondo sentido interno.

¡Ahora si acucia este loable cambio de rumbo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Pensamiento profundo, la evolución del pensamiento

  Sin otro conocimiento de los números, ¿podrían haberse concebido directamente los números imaginarios? Es fácil ver que los números imagin...