"... de la Civilización humana"
Esa debe ser nuestra primera preocupación en las circunstancias presentes... En mi caso particular, no es un temor verdaderamente significativo: ¡Me queda mucho menos tiempo hacia el futuro, que lo ya pasado!
Mi preocupación va más allá, por lo que "dejamos aquí": ¡hijos, nietos y demás descendientes! En otras palabras y globalmente, y yendo más lejos "la propia civilización humana", "la estirpe humana". Es una obligación moral, instintiva que obedece a la básica obligación de "dejar a los que nos siguen al menos lo que nos dejaron a nosotros".
No quiero repetirme en lo que se expone en mi reciente artículo sobre nuestro problemático futuro como sociedad, tales son las amenazas actuales y futuras que nos acompañan... En el citado artículo solo veía la solución, precisamente la menos probable, que consiste en afianzarnos en lo que siempre ha sido la verdadera cualidad más esencial del humano: su sensibilidad, su profundo lado interno impulsor de la vida, de su evolución, y que nos hizo realmente humanos... En ese viaje no nos acompañará la Tecnología, por lo menos por lo que conocemos hasta ahora, que presenta visos más de enemiga que de amiga... En tal punto, si queremos nuestra propia supervivencia, mientras no existan las herramientas necesarias para su efectivo control al respecto, debemos obviarla, aferrándonos fuertemente a ese espíritu interno que nos hace humanos y que debemos, por evidencia conocida, conservar ("más vale malo conocido -no es el caso-, que bueno por conocer"), y recelar de esa IA (Inteligencia Artificial), y sus paralelas, robótica e informática, digitalización y globalización, que parecen hacernos "cada vez más pequeños", empoderando, por el contrario, a la máquina (robot) que pudiera "acorralar", por accidente u otra causa, al humano como tal.
Por ello quisiera advertir y promover en la opinión pública una cruzada contra la negrura de la previsión que acompaña a la ecuación de Drake respecto a la desaparición de civilizaciones inteligentes en el universo: ¡Que no se cumpla en nuestro caso! Por consiguiente, la revolución ahora, la más crucial, es la que nos ayude a atajar por todos los medios tal pesimista previsión: "Nuestra principal preocupación, y en consecuencia, nuestras acciones, deben ir encaminadas a la defensa de la civilización, la estirpe humana, su SUPERVIVENCIA".
¡La SUPERVIVENCIA de nuestra civilización es la cruzada que propongo con el mayor énfasis, y en ello no escatimaré esfuerzos! ¡Sensibilicemos a la opinión pública, con carácter urgente, hacia tal objetivo!
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