El tiempo es un "comparador". Indica relación entre los procesos, y como toda relación necesita de los "agentes implicados". Sin ellos no es nada: "falta de esencia en sí".
Y es que los procesos (movimientos) son muy variables. Demasiado cortos como la emisión de un fotón; demasiado largos como los geológicos o cosmológicos.
La vida, al menos como la conocemos, se sitúa, respecto a la dimensión tiempo, en medio de de los procesos anteriores... Y esa vida puede ser, por ejemplo, la mental, la del pensamiento... por eso se "escapa" al entendimiento humano, en un primer momento, aquellos ambos extremos referidos: lo muy corto como la desintegración atómica, o lo muy largo como el crecimiento de una cordillera.
Tenemos que hacer uso de la inteligencia, de la lógica, para poder percibir tales procesos, que por observación directa, se nos "escaparían". Y aún dentro de la vida misma, cada especie o individuo posee sus tiempos de vida característicos: grandes en muchos mamíferos como los humanos, y cortos para musarañas y multitud de insectos.
Una tabla con los diferentes procesos que se dan en la naturaleza no deja de ser esclarecedora... Y hasta los sentidos de las distintas criaturas poseen un abanico concreto donde son útiles, o donde pueden percibir; fuera del mismo se hacen inservibles. Por ejemplo, la vista solo percibe las longitudes de onda de lo visible en humanos, y no el infrarrojo o el ultravioleta.
Todo esto indica la gran diferencia entre procesos en cuanto se refiere a sus duraciones, y la constatación de la relatividad del tiempo, imprescindible, pero falto de esencia en sí... ¡Sin los elementos del mundo el tiempo no existiría!
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