La realidad y los efectos de la limitación:
Concentración en focos que restan luminosidad a cada ser individual en beneficio de "hitos" irreales que dan más protagonismo a dichos focos.
El engranaje perfecto del universo nos hace únicos: "No hay hitos, historias que nacen de la "cortedad" (finitud del entendimiento humano)".
Hablar del Ser Supremo es hablar del infinito, de la eternidad, de la omnisciencia, omnipotencia y todos los superlativos que queramos... Pero ese no es el mundo en el que vivimos, el del tiempo y por más inri, "relativo" de acuerdo con las predicciones de Einstein, de espacios que pueden ser enormes pero limitados, de propiedades cotidianas reflejadas en le física clásica, y de otras más sorprendentes como las del mundo cuántico... Estamos en un mundo de números, de cuantos, de limitación, de incertidumbres acotadas: ¡Es nuestro mundo!
Y como el mundo, somos seres limitados tanto en tiempo (edad), como en espacio (masa y distancia), con propiedades que relacionan magnitudes imbricadas mutuamente, en el que somos parte de un conjunto, la globalidad o el Cosmos... Y en ese engranaje del conjunto, cada una de sus piezas, entre las que nos encontramos, es única (necesaria, y por tanto imprescindible).
En este otro mundo de la globalidad con mayúsculas, el hábitat de Dios, en el que tiempo y espacio dejan de tener validez, un mundo fuera de éste, todo queda regulado, no ya como un reloj, sino como un inmenso y perfecto engranaje, y donde cada parte encuentra su propio metafórico lugar, y la luz, el brillo alcanza y "reverbera" en cada ser... Al no haber limitación, no se necesitan "hitos" sobre los que construir los diferentes sistemas o modelos posibles: ¡Aquí los "hitos", las "luminarias" son todos y cada uno de los seres!... ¡No existen personajes, héroes ejemplarizantes de ninguna sociedad o conjunto! ¡No es que todos sean iguales, sino que cada uno posee su papel, su única e intransferible identidad!
¡Será que me preocupan, por mi edad, los "habitantes" de ese otro mundo, más que los de este!... Sigo en el tiempo, aún, así que ¡lo pasado ya no es, y el futuro es lo que me queda por vivir!
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