miércoles, 23 de junio de 2021

Una noche en vela y la caverna de Platón

 Una de tantas noches en que la imaginación del durmiente escudriña en los rescoldos de la mente, tratando de alcanzar los secretos que la vigilia oculta.

Esta vez simplemente tratando de adivinar el orden de colocación de una serie de diversos elementos de acuerdo con los números que característicamente les corresponden: problema muy fácil de resolver, por contra, en la vida real de la vigilia, de la "consciencia"... La manía de intentar descubrir claves en la duermevela, en el caos de los sueños, lleva a veces a estos contrasentidos...

Es cierto que algunos sueños. como los de José del antiguo Egipto, dan la clave de presentimientos sobre el futuro, una visión críptica de la realidad, misteriosa y alucinante, pero en muchos casos suelen comportar complejidad a una realidad que puede dilucidarse mucho más fácilmente en la vigilia, sobre todo cuando participa la lógica de los números, del cálculo matemático.


Y aquí habría que acudir al mito o alegoría de la "caverna de Platón", pero a mi juicio al revés: la realidad no serían las sombras de un mundo ideal mucho más clarificador, sino, por el contrario, la solución o iluminación del mundo de las sombras y claroscuros de la mente, con la aparición de la lógica de Ludwig Wittgenstein, del Tractatus ("La total realidad es el mundo").

Es más, la "creación" del mundo requiere de esa consciencia "captora" de la realidad, la consciencia del científico, la lógica de Wittgenstein.

Toda criatura creadora, y el hombre lo es, necesita de esa lógica, la lógica del filósofo austriaco en su creación, lógica "desenredadora" de entuertos, de paradojas, a la que apunta la realidad. La creación necesita de la vigilia, de la "consciencia" como elaboración más elevada de la mente, no del mundo de sueños en el que nos sume la inconsciencia en el mismo (nivel de consciencia alterado). En resumen: ¡Consciencia y creación son caras del mismo principio!

En tal sentido y sin querer ahondar más en ello (por el momento), podemos imaginar la existencia de cierta barrera imaginaria entre sueños o figuras de la mente del mundo inconsciente, y la consciencia de la realidad (acción creativa), entonces, las potencialidades del futuro (superposición de estados), cristalizadas en el suceso o acontecimiento pertenecerían al primer supuesto: ¡La consciencia es el elemento creador del mundo, del universo!

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