Una hipótesis que no he contemplado hasta ahora, se refiere a la "extraña" propiedad del entrelazamiento cuántico en su relación con el llamado cerebro cuántico... Los detalles los postergaré, dando prioridad a la emisión de tal hipótesis.
Se me ocurre que entidades independientes como, por ejemplo dos partículas, pasan a ser un mismo sistema, una vez entrelazadas... El intríngulis de la cuestión es la esencia de esa "conexión" que permite la transformación de dos sistemas, o muchos más en el caso de múltiples partículas, en un todo o sistema único (propiedades correlacionadas), como es el ejemplo del condensado de Bose-Einstein... Es algo así como un cambio de fase, que en este caso es un cambio de sistema y, en la hipótesis que expresaré, de "condiciones físicas".
Emito la hipótesis de que un sistema entrelazado, para sí, para sus componentes, antes individuales, posee un comportamiento cual si dejase de existir en su seno una diferenciación espaciotemporal: pasa a ser una única entidad en la que no caben "diferenciaciones". En otras palabras, dentro de tal entidad, los conceptos de espacio (diferenciación espacial) y de tiempo (anterioridad y posterioridad) dejan de tener sentido...
Desde la posición de un observador externo a la misma (nuestro universo físico clásico), sí cabe establecer diferenciaciones de localización de cada uno de los elementos del sistema o entidad, es decir, está definido el concepto de espacio... y también las distintas evoluciones del sistema (transcurrencia temporal): ¡Tiempo y espacio son dimensiones "necesarias"! Pero todo ello deja de tener validez en la "interioridad" de la entidad: es imposible definir un centro o punto crítico diferenciado; es como todas sus propiedades estuvieran difuminadas en su interior, sin localización. Curiosamente, es la misma propiedad que presenta la "mente", pues no tiene localización: ¡está en el cerebro entero! Y la mente, así mismo, sería "indiferente" al tiempo, si no fuera que el entorno, el mundo, "ancla" a esta mente al transcurrir de los movimientos externos, los sucesos del universo físico...
Así que, de acuerdo con esta hipótesis, por el entrelazamiento se produce un "cambio de fase", un "cambio de sistema", desde el universo espaciotemporal de la física clásica, a otro donde esas dimensiones espaciotemporales dejan de existir, el nuevo sistema que representa la propiedad cuántica del entrelazamiento. Internamente -para sí- se "desgarra" del tejido espacio-temporal, en una indiferenciación de sus componentes, pasando a ser una "entidad única", lo que tiene similitudes evidentes con el llamado "cerebro cuántico", que nos introduce de lleno en el especial mundo de la "mente", con su deslocalización y su incumplimiento de la ley causa-efecto...
Y ahora vienen los "detalles" que postergué para este momento... ¿En qué me baso para emitir la hipótesis apuntada?... Para mí, hay dos hechos que me han conducido a recalar en el planteamiento de la hipótesis. Uno tiene que ver con la circunstancia del acontecimiento ordinario de la pérdida de la consciencia de la vigilia al entrar en el sueño y la subsiguiente recuperación de tal consciencia de la vigilia al despertar; lo mismo habría que decir al "volver" de la anestesia aplicada en cualquier intervención quirúrgica... Hay una especie de conexión entre ambos momentos, el de antes y el de después, al recuperar la consciencia de la vigilia, aunque haya pasado cierto tiempo (duración del período en que se está anestesiado, en un caso, y duración del sueño, en el otro). Eso quiere decir que es precisa un cierta disposición o semejanza entre los estados del cerebro antes y después de tales acontecimientos.
En el sueño existe otro tipo de consciencia (no la de la vigilia), que corresponde con estados del cerebro no similares, lo que no hace posible, entonces, la "continuidad" entre las consciencias de la vigilia y la del sueño... Por supuesto, mucho más clara parece la discontinuidad entre la (posible) consciencia del anestesiado y la de la vigilia...
Es la similitud o la semejanza la que parece, pues, establecer la continuidad o la indiferenciación de los distintos elementos del sistema que llamamos mente consciente: el entrelazamiento cuántico dentro del sistema es evidente.
El otro hecho que me ha conducido a la emisión de la hipótesis ha sido el reciente experimento expuesto en la revista digital Tendencias21, de la construcción de una "red de átomos individuales que procesan y almacenan información tal como lo hace el cerebro biológico, siguiendo la dinámica de los sistemas cuánticos". Tal red de átomos individuales "imitan el comportamiento de las neuronas y de sus conexiones sinápticas".
Los investigadores del experimento han llamado a la red "cerebro cuántico", en el sentido de que cambia de estado físico instantáneamente, tal como ocurre en los sistemas cuánticos y de una manera remotamente parecida a las neuronas biológicas. Además, el sistema es inteligente, ya que "aprende de los estímulos del entorno, por lo que posee también una plasticidad semejante a la del cerebro biológico". Esta red neuronal artificial, construida con átomos de cobalto sobre fósforo negro, no necesita programación informática (programa de aprendizaje automático -IA) para imitar el funcionamiento cerebral cuando procesa y almacena información. Gracias a la propiedad del entrelazamiento cuántico, en este circuito cerebral cuántico, los investigadores fueron capaces de modelar y conectar los átomos débilmente "informados" entre sí, comprobando que imitaban el comportamiento autónomo de las neuronas y de las sinapsis cerebrales.
El entrelazamiento cuántico, pues, permite el "paso" del mundo físico clásico de las dimensiones espaciotemporales, al mundo cuántico que regula en los más íntimo el comportamiento de los cerebros y que hace posible la mente y la consciencia.
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