miércoles, 22 de enero de 2020

El camino a la Cepeda y la "boca del infierno"








Hay que entrar en el llamado M80, perteneciente al Ayuntamiento de Peguerinos y continuar un sendero hacia la izquierda que tras algunas construcciones o trincheras de la Guerra Civil, conduce a las primeras estribaciones de un bosque, que va expandiéndose a medida que entramos en él.

El M80 es un reciento cerrado de bastante extensión, donde jabalíes y corzos asientan sus reales; hay cantidad de fuentes y arroyuelos y uno de ellos alimenta el embalse de Cañada Mojada que surte de agua potable al pueblo. También, las aves migratorias realizan sus paradas en las lagunillas del interior, para descansar de su formidable migración anual. Ademas, todo este monte es un lugar ideal para la recogida de setas (Boletus edulis, etcétera).

Pues bien, el bosque (todo el M80 posee pastos y pinares enormes que se pierden en la lejanía) al que me refería al principio, se va haciendo más tupido, y se va rodeando de estructuras pétreas, como pequeñas colinas que van cercando el camino, hasta llegar a un pequeño anfiteatro: "La boca del infierno"... ¿Y a qué viene ese nombre?... En verdad no lo sé, pero su disposición hace que cualquier tormenta acompañada de truenos y rayos se magnifique por el entorno... causando verdadero pavor... ¡No se está cómodo, pues algo flota en el ambiente, aún en los días calmados!

Esa "boca" es la antesala de la cercana puerta de entrada a la finca llamada "Dehesa de la Cepeda", enclave de la provincia de Madrid (pertenece al cercano pueblo madrileño de Santa María de la Alameda) en Castilla León.

La "dehesa de la Cepeda" es una curiosidad histórica, pues con la desamortización de Mendizábal en el siglo XIX, se expropiaron muchos bienes comunales, y los terrenos que constituyen la dehesa salieron a subasta, siendo adquiridos por la familia Sáinz de Baranda (familia del conocido alcalde de Madrid), pasando entonces a ser de una familia de ganaderos, perteneciendo en todo el proceso a Santa María de la Alameda.

Respecto a la "boca del infierno", lo dicho: "No sé de donde le viene el nombre, pero a buen seguro que tal denominación no desdice en absoluto el misterio y la sensación que se percibe allí".

Una hermosa caminata de la que doy fe en las fotos que acompañan.

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