La gran Francia, la gran Inglaterra, la gran España... casi todos tenemos una historia esplendorosa, motivo de orgullo por la patria que nos vio nacer... pero, y también, la ¡gran Humanidad! El mundo se nos hace pequeño, e inevitablemente vivimos en comunidad: ¡el aleteo de una mariposa, se siente en el otro extremo del Globo!... Somos ya globalidad, una especie que para pervivir necesita de la ayuda mutua...
Putin, "el gran padre de la gran Rusia", anhelos trasnochados que solo pueden arrastrar a la destrucción total de la Humanidad, de la especie que es una... Solo citar la posibilidad del "holocausto nuclear", representa un pecado moral, no ya "crímenes de lesa humanidad", son los sueños de un loco que como en el caso del dictador Hitler, supone el desarrollo y ahora aún más monstruoso, de las ideas nacionalsocialistas, un desatino más leve entonces (aún con su enormidad), antes del advenimiento de la Era atómica... Ahora, tales comportamientos deben de ser desechados, erradicados totalmente del planeta Tierra por la comunidad internacional y sin fisuras, pues la extinción del género humano pasa no ya de ser posible, sino probable.
Señor Putin, un gran hombre no necesita de esos alardes (pregonar al viento el lanzamiento de un misil intercontinental con potencialidad atómica). Un gran hombre lo es de toda la Humanidad... ¡Sea un gran hombre!
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