sábado, 7 de diciembre de 2013

Edith Stein y la empatía (I)



(Del trabajo de Elena Lugo titulado "Edith Stein: Empatía, responsabilidad, moral y Dios")

Nos dice Elena Lugo: "Stein describe el acto de empatía en su pureza como un acto primordial en cuanto a su experiencia actual (ya que soy yo en acto intencional experimentando al otro), pero a su vez no primordial en cuanto a su contenido (la conciencia del otro no es la mía)".

Tres fases son las que articulan la experiencia empática: "1. La otra persona se presenta como objeto de la concincia (veo la tristeza del rostro); 2. Surge una atracción hacia la otra persona y tomo su condición como propia (asumo la tristeza como mía); 3. De nuevo el otro se me presenta como objeto de experiencia pero ahora puedo entender la experiencia del otro." Para Stein la empatía ni es una percepción ni una posición neutral, tampoco una inferencia por analogía, sino un acto único "que consiste en experimentar una conducción de parte de la experiencia de otro", como una intuición interna. En palabras de Edith Stein: "El sujeto se la experiencia empática, no obstante, no es el empatizante, sino otro. Y esto es lo fundamentalmente nuevo en contraste a los actos de memoria, expectativas y fantasías de nuestras experiencias propias. Estos dos sujetos están separados y no unidos por una conciencia de igualdad o continuidad de experiencia. Y mientras que yo vivo en la dicha del otro, yo no siento una dicha primordial... Este otro sujeto es primordial aunque yo no lo experimente como primordial. En mi experiencia no primordial yo me siento, por así decir, conducida por un sujeto (sujeto/experiencia) primordial no experimentado por mi pero sin embargo allí manifestándose en sí mi experiencia no primordial."

Y también: "... empatía es un acto de percibir sui generis... es la experiencia de una conciencia ajena en general, independientemente del tipo de sujeto experiencial o del sujeto cuya conciencia se experimenta... Así es como los seres humanos comprenden la vida psíquica de sus semejantes."

"Si yo experimento un sentimiento como propio a otro, yo lo recibo doblemente: uno primordial como mío y de nuevo no-primordial en empatía de lo originalmente ajeno. Precisamente lo no-primordial de la experiencia empática me motiva a rechazar el término "percepción interna" para la comprensión de mis experiencias y de las ajenas... lo que tienen en común puede decirse mejor (como) intuición interna."

Stein revela al otro como individuo psico-físico, y más adelante como persona-espíritu.

"El cuerpo como vivencia circunscribe un "punto Cero" de orientación que sirve de referencia a mi cuerpo y a todo lo que le rodea. Para efectos del tema principal -empatía- reconocemos que el sujeto psico-físico solo se percata de su cuerpo viviente (Leib) en cuanto también cuerpo físico (körper) semejante a otros cuerpos cuando por vía de la empatía experimenta que su "punto Cero" de orientación es un punto del espacio igual que otros puntos."

En palabras de Stein: "En virtud del hecho de que las sensaciones pertenecen esencialmente a un "yo", siempre se da el yo "ajeno" conjuntamente a la presentación constitutiva del cuerpo ajeno. La comprensión de experiencias ajenas -sean estas sensaciones, sentimientos- es una modificación de la conciencia diferenciada pero a la vez unitaria y típica a la cual llamo empatía."

Según Elena Lugo, Stein  nos prepara para la captación de la persona-espíritu al señalar que la empatía funciona "a modo de base no solo de la intersubjetividad sino de la presentación de un mundo común". Dice Stein: "El mundo percibido y el mundo dado empáticamente son el mismo mundo visto diferentemente. No es sólo el mismo visto desde varios ángulos o el mismo en serie sino simultáneamente. Así la empatía como base de la intersubjetividad (experiencia intersubjetiva) se convierte en la condición de la posibilidad para conocer la existencia de un mundo externo, tal como Husserl y Royce lo presentan."

Para Stein la realidad de otros persona-encarnada o individuo psicofísico y persona-espíritu no es en primera instancia un problema de fenomenología trascendental (Husserl) sino de orden óntico-axiológico: "el ser-para-otro fundamenta la empatía, aún si ésta esclarece fenomenológicamente el vínculo".

"La persona es espíritu en cuanto sujeto de experiencias, de valores en configuración significativa, lo cual Stein llama: motivación en distinción o causalidad natural. Sólo la persona en cuanto espíritu -en su correlación de valores- trasciende la individualidad y se vincula empáticamente en cognición y afecto en otras personas."

En palabras de Edith Stein: "Tal como las cosas naturales tienen su estructura natural subyacente, así como de hecho las formas espaciales empíricas son realizaciones de formas geométricas ideales, también hay una estructura esencial del espíritu y tipos ideales. Las personalidades históricas son realizaciones empíricas de tipos. Si la empatía es la conciencia perceptual en que las personas ajenas se dan a nosotros, entonces es conocimiento eidético de la naturaleza."

Nos dice Elena Lugo: "La experiencia del otro recusa toda imposición objetivista, toda asimilación del otro al nivel del objeto. En la experiencia del otro está involucrado el reconocimiento de otra perspectiva distinta de la mía pero necesaria. Para Edith la constitución de la propia persona en cuanto tal y la del otro en su carácter único responde al respeto por la originalidad ajena pero a la vez a la comunión en el orden de valores."

Stein escribe: "Tal como mi persona propia es constituida en actos espirituales primordiales, así la persona ajena es constituida en actos experienciales de empatía. Yo experimento todos sus actos como procediendo de una voluntad y estos a su vez, de un sentimiento. Simultáneamente  a ello, a mí se me presenta un nivel de su persona y un horizonte de valores en principio experimentados por él. Est, a su vez, motiva significativamente la expectativa de voliciones y actos posibles en el futuro."

"Considero a todo sujeto que comprendo empáticamente como experimentando valores, personas cuyas experiencias se entrelazan entre sí formando una totalidad significativa e inteligible. En cuanto de su estructura experiencial puedo traer a una intuición plena (empatía) depende de mi propia estructura (persona). En principio, toda experiencia ajena que permita derivarse de mi estructura personal puede darse a plenitud aun si mi estructura personal no se ha desarrollado."

"Puedo experimentar valores empáticamente y descubrir correlaciones con niveles de mi persona, aun si no he tenido experiencia primordial de estos valores".

Remata Elena Lugo: "Edith expone una concepción de todo lo creado como imagen de Dios. Los seres humanos se muestran como reflejos de Dios quienes en cuanto sujeto-alma-encarnado-persona, conocen, sirven y aman para hacerse libres en el espíritu divino."

(Capítulo III de la obra de Alejandro Álvarez Silva "Empatía y otras cuestiones")

No hay comentarios:

Publicar un comentario

MATERIA Y CONSCIENCIA

  El universo de Alejandro Álvarez Silva. Parte   I. Observador del "Hecho Consumado" . Parte  II . Idealismo analítico. Parte III...